Aparece por sorpresa y, siguiendo la leydemurphy, en el momento más inoportuno. De pronto un retortijón hace que te dobles y piensas: "na, esto lo resuelvo con un buen pedo que me tire disimuladamente y asunto arreglado". Gran error. De pronto uno descubre horrorizado que el pedo que lo iba a poner otra vez todo en su sitio no es todo lo etéreo y gaseoso que espera... y lo que es peor ha abierto la brecha. El pedo ha conseguido dejar el camino expedito (no es pedito) a todo lo que viene detrás y eso ya no hay quien lo pare. De repente sabes que en tu organismo se ha activado una bomba de relojería comenzando la fatídica cuenta atrás.
Escalofríos, sudores, sufrimiento, acojone.. Ni el dolor del parto, ni el de muelas, ni el de un cólico nefrítico ni tan siquiera, y ya es, la tan socorrida patada en los cojones, cuando aquello se pone en marcha, o encuentras pronto un sitio para descargar o… bueno eso, que no es cuestión de dar unos detalles que todos conocemos.
Que levante el dedo el que no sea capaz de describir una situación parecida… de primera mano.
... reptiles.
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