2375. Miércoles, 29 enero, 2014

Capítulo Dosmilésimo tricentésimo septuagésimo quinto: "La imprudencia suele preceder a la calamidad." (Apiano, 95-165 historiador romano)

En una reunión, en una comida, en una cena romántica o justo en ese momento en que tienes la lengua metida hasta el fondo. Estornudas una vez y ya no puedes parar. Nos ha pasado a (casi) todos.

Para detener el ataque hay un método infalible: llenar un vaso de agua hasta el borde y, al hacer que uno bebe, meter un poco la nariz en el agua y respirar. Los estornudos suelen empezar por una irritación en las fosas nasales cuando entra polvo, humo o si el ambiente que nos rodea está muy contaminado, y el agua los limpia. Y un truco para el truco: si se le echa un poco de sal el efecto es más rápido.

Si no hay vaso a mano, nada como hacer una escapada al retrete mojar un pañuelo de papel, ponerlo bajo la nariz y aspirar sobre él. Y si no hay agua lo mejor es intentar echar el aire por la nariz rápidamente durante unos segundos.. y calmarse, que los nervios solo consiguen empeorar la situación.


... milagros.

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