2113. Lunes, 29 octubre, 2012

Capítulo Dosmilésimo centésimo decimotercero: “No hay ley alguna tan recta que no trate el hombre de torcerla para satisfacer sus apetitos”. (Juan Luis Vives, 1492 - 1540; filósofo español.)

Aproximadamente a las nueve de la mañana, una vaca irrumpió en la Avenida de los Madroños, paseando pacíficamente por la vía pública, ante el temor y extrañeza de las numerosas personas que a esa hora se dirigía al trabajo.

La anterior noticia apareció recientemente en la crónica de sociedad de varios periódicos. Muchos de ellos dieron una interpretación tendenciosa al gesto heroico y desesperado del honrado mamífero: se pensó que la vaca se había echado a la calle simplemente para molestar lo cual es un gesto muy feo y contrario al espíritu navideño que anima estas fechas.

Nuestro corresponsal ha visitado a la vaca en la clínica López Igor, donde se encuentra actualmente requerida, obteniendo las siguientes declaraciones: "No es cierto que mi manifestación tuviera ningún carácter político; mi marcha de protesta estaba sólo dirigida contra las centrales lecheras que se quedan con la plusvalía de la crema; además, los lecheros que nos ordeñan sólo buscan su satisfacción personal y egoísta, tratándonos como la típica vaca útil, lo cual nos produce graves frustraciones sentimentales. Continuamente nos exhiben en ferias y certámenes ganaderos y cada cierto tiempo publican fotos mías sin mi consentimiento, en donde aparece el lechero ordeñándome de forma antiestética. Ante tal cúmulo de vejaciones e injusticias, no me quedaba más salida que la protesta pacífica".

Tras estas sentidas declaraciones, la honrada vaca vertió unas gotitas de leche, que fueron ávidamente sorbidas por nuestro corresponsal, que no probaba esta sustancia en estado puro desde su más tierna infancia.


... Golden Gate.

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