2094. Lunes, 1 octubre, 2012

Capítulo Dosmilésimo nonagésimo cuarto: “Es desconsolador pensar cuánta gente se asombra de la honradez y cuán pocos se escandalizan por el engaño" (Noël Coward, 1899 - 1973; actor inglés)

A mí lo del futuro y lo de los futuribles empeñados en vender el buen futuro que nos espera me parece una trágala, qué quieren que les diga. Llevan tantos años hablando del futuro que prácticamente tendría que haber llegado ya. Es como la zanahoria que se pone delante del burro. Siempre está en el futuro. Y el burro, con perdón de esta digna asamblea, no es el futurible. El futurible es el que le puso la zanahoria delante. Los burros somos los demás. Alguien o alguienes están sacrificando el presente posible de todos al presente-futuro-presente de unos cuantos.

La verdad, yo regalo el futuro a quien lo quiera, que los futuribles se vayan al futuro y nos dejen en paz en el presente. Es que nos están matando el presente con tanto futuro. Yo no puedo comer del futuro, no me alcanza la cuchara. Que los sueños, sueños son. Y vivo sin vivir en mí, que ya es el desmadre, el no vivir. Que me den ahora, en el presente carnal de mi carne, mi flor, y mi fruto, y mi paga, esas cositas con las que uno va tirando. Ya está bien de que los futuribles, empeñados en vendernos a los demás un futuro mejor que nuca llega, lo tengan todo en el presente. !Yo quiero lo mío ahora!


... azúcar.

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