2091. Miércoles, 26 septiembre, 2012

Capítulo Dosmilésimo nonagésimo primero: "Siempre traspaso los buenos consejos que me dan. Es para lo único que sirven". (Oscar Wilde, 1854 - 1900; escritor irlandés)

Ya no hay hombres, sólo quedan gallinas. Antes, cuando yo eran (más) joven, los hombres tenían más valor, daban la cara, no se escabullían como hace ahora ese ganado vacuno conocido por clase política. Recuerdo que antes, cuando uno se dirigía a un amigo, a un vecino, a un simple conocido y le decía con firmeza, sin temor, cara a cara, provocándole casi: "A que no tienes cojones de prestarme mil duros", casi todos respondían masculinamente aceptando tu reto para demostrarte que eran capaces de eso y mucho más. Aquello eran hombres y no lo que anda ahora metido en los pantalones.

Y no hablo por hablar, todos podemos hacer la prueba, agarrar por las solapas a cualquiera y decirle provocativamente: "A que no tienes cojones de prestarme cien euros". No responden. Bajan los ojos, no aceptan el reto, mascullan palabras ininteligibles y en cuanto te descuidas se largan con el rabo entre las piernas dejándote asombrado de su falta de gallardía y valor personal.

Ya no hay hombres, sólo quedan gallinas.


... seda de arañas

Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

No hay comentarios: