1928. Viernes, 2 diciembre, 2011

Capítulo Milésimo noningentésimo vigésimo tercero: " Por acostarse Juana hacia el rincón / se pegó en la cabeza un coscorrón. / Huyendo de esto se acostó a la orilla / y se cayó del catre, !pobrecilla! / Si a esto quieres, lector, poner remedio / cuando te acuestes, échate en el medio (Juan Pérez Zúñiga, 1860-1938; escritor español)


Recorte estos falsos cristales para sus gafas y, pegándolos hábilmente sobre los verdaderos, podrá dejar volar su imaginación y tener una sesión de oscura lujuria sin que su pareja (especialmente si es la de siempre) pueda percibir que mentalmente anda metido en una orgía que ríase usted del cielo musulmán.

La imaginación es poderosa, y algunas veces hay que ayudarla a que no se distraiga.

De nada.



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