1824. Miércoles, 18 mayo, 2011

Capítulo Milésimo octingentésimo vigésimo cuarto: “Un joven avispado se hace rico traduciendo al español los letreros de las costas levantinas. (Agencias)

Peluchepráctico más práctico que nunca o, al menos, más práctico que otras veces (para lo que tampoco hace falta mucho)

Hoy: Seis consejos para ser felices.

Primero: la salud. No hay que preocuparse demasiado de ella. En el peor de los casos su ausencia puede producir la muerte, y ¿alguien ha visto alguna vez un muerto preocupado?

Segundo: el dinero. Tampoco hay que preocuparse mucho por el dinero. Mucho más importante que el dinero es la salud y recuerde que hemos dicho de ella.

Tercero: el amor. Debemos amaros los unos a los otros de vez en cuando y enseguida volver a nuestro estado natural que es lo contrario. Lo más prudente es no amarse ni a uno mismo para evitar desengaños.

Cuarto: la mente. Hay que limpiarse la mente a menudo con algún detergente biodegradable. No permitir que la conciencia se descomponga y hieda. Que corra alegremente por los desagües.

Quinto: los demás. Este es un consejo que no hay que darlo porque todos lo seguimos desde que nacemos: a los demás que les den morcilla. Y además, adulterada.

Sexto: los consejos. No hay que hacer caso de ningún consejo, sugerencia, predicación, orden, recomendación o ruego. Siempre nos los dan para sacarnos algo. O sea, que de estos consejos, ni caso.




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