1656. Miércoles, 14 julio, 2010

Capítulo Milésimo sexcentésimo quincuagésimo sexto: "Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino" (Alfred Tennyson, 1809-1892; poeta inglés)

Ahora mismo hay dos grandes corrientes universales de pensamiento intentando explicar por qué tenemos el culo redondo. Una es de tipo esteticolúbrico y sostiene que su redondez es debida a que los mamíferos repiten ciertas formas en zonas de su cuerpo para aumentar las posibilidades de atracción erótica. En el caso de las personas humanas, por ejemplo, unos labios carnosos reproducirían ciertas estructuras femeninas de igual nombre para así atraer a los hombres; mientras las nalgas estarían imitando -con el mismo fin- a los apéndices mamarios, esos que tanto entusiasman a la mayoría de los varones y que servidor (por aquello de pertenecer a una minoría defectuosa) no acaba de entender su éxito… aunque es evidente que ciertas señoras se colocan de tal manera el escote que más que senos aquello parece un culo implantado por delante.

La otra gran corriente sobre el tema es algo más inelegante. Según la rama de la medicina que se ocupa de las enfermedades del recto, la proctología, los glúteos no son más que la tapadera del ano y su forma redonda es la menos mala para impedir la salida de malos olores.

Lo curioso del tema es que, por más que miro, ninguno de estos dos grandes bloques intelectuales en los que se divide el mundo a la hora de teorizar sobre tan importante tema, constata lo evidente. Estoy venga a darle vueltas y he llegado a la sorprendente conclusión de que el culo es redondo porque así uno puede sentarse mejor… simplemente porque si lo tuviéramos cuadrado la cosa iba a ser bastante más incómoda. Visto la cantidad de estudios que circulan por ahí a lo mejor puedo publicar esta afirmación en alguna revista científica y todo. De aquí al Nobel un paso.



... que le corten la cabeza

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