1585. Jueves, 25 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo quinto: “El amor se parece a las vacaciones, las esperas con ansias, las vives con contradicciones y las recuerdas con melancolía". (Emilio G. D. 50 años, funcionario)

Dice una maldición yiddish: ¡Qué pierdas todos los dientes menos uno, y que éste te duela! Pues hoy, en esa línea, y dentro de la afamada colección peluche práctico -aprovechando que estos días andaré trasteando por Portugal que es extranjero-, , una "Breve guía práctica para tener a mano estas vacaciones", que versará -como su propio nombre indica- sobre algo que nunca se sabe cuando se va a necesitar... aunque casi seguro que se va a necesitar: "cómo insultar rápidamente en extranjero".

Los holandeses tienen una extraña costumbre de hacerlo (y, por lo tanto seguro que también le molestará que se lo digan): sugiriendo enfermedades. Hay que intentarlo con kankerleir ("portador de cáncer") o teringleir ("tuberculoso"). No falla.

Lo peor que se le puede decir a un irlandés: mallcht chromaill ort ("que la maldición de Cromwell caiga sobre ti"); mientras que si le dices a un francés chameau le estarás llamando "mal bicho" en toda su cara.

Pero si hay algo que moleste a todos los europeos en general es que les llamen calzonazos, dando a entender que el susodicho está dominado por su señora (algo que -tanta igualdad, tanta igualdad- no ocurre al contrario) mediante sutiles palabras según el idioma: pussywhipped (literalmente "azotado por el chocho") en inglés, o under toflen ("bajo las zapatillas") en danés.

Otra cosa que parece molestar a casi todos los habitantes de Europa es que les llamen tacaños. Casi todos los idiomas tienen su palabra: pisse-vinaigre ("mea vinagre") o fedre rov ("culo empalagoso") en Dinamarca, pidocchio rifatto ("piojo rehecho") en Italia, o ha izisi in isatacca ("tiene erizos de mar en los bolsillos)" en Córcega.

La lista es extensa, pero teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos uno no va a pretender mantener conversación con el interlocutor y que lo más normal (o lo más conveniente) será pronunciar la que corresponda mientras sales corriendo, conocer una por idioma puede ser suficiente. Al menos para empezar. Buenos días de descanso -a quien los tenga- y hasta el 5 de abril, lunes, que volveré. A la fuerza.



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1584. Miércoles, 24 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo cuarto: "Mea mientras caminas y no harás charco" (refrán español)

La noticia, publicada el 13 de marzo en el periódico de Kansas The Hutchinson News, sobre la historia de una mujer que había permanecido encajada durante dos años en el inodoro de la vivienda de su novio... justo hasta que -en un momento de lucidez- a su amado se le ocurrió avisar a los bomberos para que la sacaran (¿cómo puede ser posible que, tras permanecer dos años alguien incrustado en un inodoro los del periódico puedan seguir llamándole inodoro?), me ha llevado a otro tema más peliagudo: lo difícil que llega a ser imaginarse a cierto tipo de gente cagando. Una rápida vuelta entre los conocidos basta para darse cuenta de la brutal división que uno hace -sin saber muy bien por qué- entre gente a la que sitúas y gente a la que no sitúas... por más que sepamos que todos lo hacen. Que lo hacen.



... niños y flores

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1583. Martes, 23 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo tercero: "La única manera de disfrutar la felicidad es compartirla con alguien. A fin de cuentas, todo es un chiste". (Charles Chaplin, 1889 - 1977; cómico británico)

Los chistes son, poniéndonos poéticos-pedantes, a modo de explosiones menores que quiebran la conversación. Como tales explosiones, y siguiendo en plan bucólico, sobresaltan a los que las padecen, los cuales se echan hacía atrás y contuercen los rostros en muecas de risa.

Hasta aquí todo más o menos bien, cursi, muy cursi, pero bien. Sin embargo, pasa con el chiste como con las cosas de la economía: su abundancia las abarata. Si una explosión de ingenio de cuando en vez realza y anima una conversación, una traca prolongada de chistes la despedaza y la mata; que una conversación ha de ser cosa viva, con su comienzo, tronco y fin, y cierto esqueleto y forma que la acredite de ser obra humana, y no mero ejercicio de circo donde alternan ases del columpio, del equilibrio y de la payasada sin otro cemento que la propia exhibición.

Que levante la mano el que no tenga a su alrededor, sobre todo en el alrededor laboral un “gracioso” -en cursiva y entre comillas- empeñado en contar una rista de chistes en cuanto te descuidas. Y maldita la gracia que tienen.

... tuna.

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1582. Lunes, 22 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo segundo: "Saben ustedes cómo se llama una medicina alternativa cuando se ve que realmente funciona? Medicina" (Tim Minchin, 1975; humorista australiano)

Aunque en la mayoría de las religiones los pecadores, oseasé nosotros, sufren tormentos en calurosos infiernos incandescentes, también hay creencias que sustituyen las llamas por el frío gélido. Es el caso del reino Nifelheim, en la mitología nórdica, donde reina una niebla perpetua, o el de los Narakas helados del budismo.

Lo de la niebla me atrae, la niebla siempre me ha parecido algo mío, supongo que por reminiscencias de mis tiempos de miope integral antes de que el laser obrara su milagro, pero teniendo en cuenta que siempre me ha gustado más el frío que el calor, voy a aprovechar la visita este verano a uno de los centros budistas más budistas del budismo, el Nepal para (además de para matar clavicordios en Katmandú), enterarme de los requisitos que se necesitan para cumplir el bien merecido castigo eterno por mi descarriada vida en su infierno. Ya que uno está condenado, por lo menos habrá que tratar de cumplir la (justa) penitencia en las menos malas condiciones posibles.


Para el orgulloso -con razón- padre

... cristales

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1581. Jueves 18 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo primero: “El sentido de la vida consiste en que no tienen ningún sentido decir que la vida no tiene sentido. Niels Henrik David Bohr, 1885 - 1962; físico danés)

Este fin de semana, un poco (muy poco) más largo que los habituales (al menos para algunos) nada de vegetar. Hagamos frente a la crisis y ahorremos reciclando. Hoy, en peluche práctico: aprovecha tus propios residuos para fabricar tu propio fósforo.

- Primer paso ( y el más importante): mear. Cuanto más mejor recogiendo el líquido en un recipiente adecuado.
- Calentar la orina hasta que destile un aceite rojo. Recogerlo con cuidado.
- Volver a hervir la orina, para evaporar casi toda el agua y concentrarla hasta obtener un jarabe.
- Dejar enfriar ese residuo sólido restante que presenta la apariencia de una parte superior negra y gomosa y una fracción interior salina. Retirar la fracción interior salina.
- Mezclar el aceite rojo que obtuvimos al principio con la fracción negra
- Calentar 16 horas hasta que del residuo emane un humo blanco, que al enfriarse se condensa como un líquido denso.
- Lavar dicho líquido denso con agua fría para que se solidifique. Y ya tenemos el fósforo.

Lo que no tengo yo muy claro es el uso del fósforo, aunque he encontrado por ahí que es muy efectivo para hacer pantallas de humo... claro que tampoco tengo muy claro para que quiero hacer pantallas de humo.

En fin, parece que lo del reciclaje, por muy entretenido y desestresante que parezca, genera demasiadas dudas existenciales a mi frágil entendimiento. Casi mejor vegeto… que es lo mío. Hasta el lunes pues.



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1580. Miércoles, 17 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo octogésimo: "Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección". (Francis Picabia, 1879-1953; pintor francés)

Igual que los informáticos - esos bichos raros llenos de cerounounocerocerouno- tienen como principio fundamental en su trabajo apagar y encender un ordenador con problemas (o sea, todos), la medicina, al menos la de cabecera, primaria, de familia o como coño la quieran llamar, tiene un principio elemental e inmutable que resuelve la mayoría de problemas sin tener que mandar al averiado en cuestión al especialista (aunque para eso están y, por cierto, para eso cobran más). A saber:
"Por comer chocolate no salen granos, pero si cuando comes chocolate te salen granos, no comas chocolate".
Principio que, sustituyendo convenientemente las palabras chocolate y granos por aquello que el protagonista refiera, (¡atención personalizada ante todo!) resulta aplicable a cualquier otro signo y/o síntoma que se quiera tratar y, sobre todo, evitar y/o prevenir.

Funciona. Comprobado.



... amor matemático.

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1579. Martes, 16 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo noveno: “¿Casualidad? Plato que hacen los bribones para que coman los tontos” (Victor Hugo, 1802-1885; escritor francés)

Siempre he sido aficionado a los –en mi pueblo- entremozos (para el resto altramuces, chochos, lupinos y otros mil nombres más) por más que constantemente les persiguiera el rumor de que antes de venderlos tenían que haber estado reposando durante varias horas en cierto líquido orgánico más o menos amarillento (según el momento) que era el que les quitaba el amargor.

Ahora resulta que leo una noticia según la cual el ejército estadounidense ha empezado a elaborar raciones de comida deshidratada que para rehidratarse y convertirse en el rancho de la tropa lo único que requiere es la orina del soldado. La comida en cuestión está dotada de un envoltorio de naturaleza membranosa, con un tamaño del poro tal que permite el paso del líquido al interior (por esas cosas extrañas de presiones osmóticas que nunca llegue a entender) al tiempo que impide el paso de bacterias y demás agentes infecciosos, demasiado voluminosos para poder atravesarla.

Vamos, que lo que decían que hacía la señorapaqui en aquellos tiempos no era más que adelantarse a la tecnología americana del siglo XXI, para que luego digan.

Y ahora que lo pienso, a ver si me gustaban tanto precisamente por el cómo decian que los hacian... desde luego por su forma seguro que no. Pasopalabra. Mejor.

... ni entonces se pueden callar.

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1578. Lunes, 15 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo octavo: “Los buenos ratos hay que fabricarlos, porque los malos, llegan solos”. (Proverbio italiano)

La vida, la buena vida porque no hay otra, consiste en que el hombre y la mujer sientan. Los sentimientos nos distinguen de los robots. La vida consiste en beber -y eso lo dice un abstemio crónico- una copa de vino y saborearla. Aplastar el paladar con la lengua y sacar los jugos del vino tras una raspa de pata negra. Y charlar con un grupo de buenos conversadores, conocidos, íntimos o no. La vida consiste en viajar y descubrir sitios nuevos, con nuevas gentes que aportan cosas diferentes a nuestras andaduras terrenales. La vida es consumirla con profundas caladas, a sabiendas de su corto metraje, porque la vida es nadar a favor y en contra de la corriente, pero nunca dejar que ésta te arrastre. La vida es comerse una fabada y digerirla bajo la sombra de un árbol. La vida es un, dos, quince o veinte tragos de ron mientras juegas la partida rodeado de amigotes. La vida, la buena vida, es amar con todo, a cuantos más mejor y a pelo, sin parapetos, con entrega total. La vida es café, cigarro, hamburguesa, caviar, mortadela, agua, ginebra, sol y sombra. Agua después del esfuerzo y vino para el rato de antes. Hamburguesa para salir del paso y seguir viviendo y caviar para detener el tiempo y que la vida. Sol para ponerte guapo y sombra para enseñar la belleza.

La vida es, también, ir al médico para reparar lo estropeado y sacarte una muela cuando duele sin otro mejor remedio. Y la vida es el abrazo que le das, apretando, a un amigo que se va lejos y promete volver. La vida de un niño es tirarse piedras, hacerse cosquillas, compartir y hasta escupirse, porque sin esto no es vida de niños sino de muermos. La vida es sudar cuando bailas y que haya otro bien cerca que sude como tú. La vida es botellón, calma y darse la paz, como hermanos o para guardar las apariencias. La vida es un chuletón y unos huevos fritos con farinato. Pero esto también es colesterol y con colesterol dicen que no hay vida, como no la hay con humos, ni con alcohol, ni con velocidad. Tampoco hay vida, dicen, si te gustan las patatas fritas y las pizzas, aunque sea uno de los ratos buenos de la vida.

El caso es que lo que nos parece buena vida mata y ya nadie aconseja la buena vida, sino una vida light que a mi no me parece vida. Los médicos dicen que hay que hacer deporte, pero con moderación. Que hay que comer de todo, pero con mesura. Que fumar un par de cigarrillos es permisible, pero nunca un paquete diario. Los médicos dicen el vino es bueno si te bebes una copita, si te gusta y caen tres ya perjudica al hígado. Y hasta con la disculpa de la gripe A ahora van los médicos y nos educan para no besar, para no dar, para dejar todos los afectos en un simple hola.

Los médicos se empeñan en alargarnos esta estancia terrenal pero también en cortarnos de raíz todo lo que nos parece vida. Nos acostumbramos a follar con preservativo para no morir de sida, pero saludar siempre con guantes será demasiado y si esta vida ya no se parece a la buena vida... será supervivencia. Y en la supervivencia todo vale.

Pinta mal. De todas las formas yo sigo prefiriendo besar a decir un triste hola. Incluso si, como hoy, es lunes.



... humo

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1577. Viernes, 12 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo séptimo: “Cuanto más alto hablaba de su honor, más rápidamente contábamos los cubiertos” ( Ralph Waldo Emerson, 1803-1882; poeta estadounidense)

Éboli, Italia, año 2008, su alcalde dicta una ley (en italiano) según la cual son motivos de sanción “las demostraciones efusivas de amor realizadas en un coche situado en una vía pública”. La multa es de 500 euros (con descuento por pronto pago, eso sí).

Menos mal que la ley es en Italia y –sobre todo- que el 2008 ya me coge algo mayor para andar expandiendo mi furor en determinados espacios sin riesgo de acabar con las articulaciones perjudicadas, pero si me llegan a clavar 500 euros cada vez que me puse efusivo en cierto Seat 124, todavía estaría pagando un crédito millonario.



... más "historias extra-ordinarias"

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1576. Jueves, 11 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo sexto: “Un buen vallado hace buenos vecinos” (Robert Lee Frost, 1874 - 1963, poeta estadounidense)

Alguien escribió que los matrimonios americanos se divorcian tanto porque esperan encontrar en su pareja la perfección que los ingleses únicamente esperan de sus mayordomos.

Tengo para mí que, en general, por aquí no aspiramos a tanto. ¿Alguien anheló jamás la perfección en su pareja? Nuestra sociedad es demasiado antigua para que en una pareja figure como impulso el anhelo de perfección del otro. Cuando ese anhelo existe, la pareja es mucho más frágil. Creo que el amor, que ahora está en baja, consiste ante todo en una voluntad de aceptar la imperfección. Eso explicaría muchas cosas.



... escribiendo a máquina

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1575. Miércoles, 10 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo quinto: "Ser especial te abre puertas, pero es la mala leche la que las mantiene abiertas." (Madonna, 1958, cantante -presunta- estadounidense)

En 1880, el médico británico Joseph Mortimer Granville ideó el primer vibrador (entendiendo como “vibrador” un artilugio dedicado específicamente a tal fin… que ya sabemos lo extendidos que han estado sus parientes desde que el mundo es mundo), y lo ideó para combatir lo que en la época victoriana se conocía como "histeria femenina” (valga la redundancia), una dolencia habitual –más que de costumbre- en la época.

La histeria femenina se le diagnosticaba a cualquier mujer con síntomas de irritabilidad o pérdida del apetito. La terapia consistía en un masaje pélvico con el aparato en cuestión –el vibrador- hasta llegar a lo que denominaba paroxismo histérico, es decir, al orgasmo. Gracias al tratamiento, la mayoría quedaban curadas. Y, aunque para evitar recaídas se recomendaba visitar al médico en cuanto empezaran a notar nuevamente los síntomas, pocas volvieron.

Eso sí, la automedicación causó estragos.

... maternidad descontrolada

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1574. Martes, 9 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo cuarto: "Comer carne roja no es malo para la salud. Siempre que no sea la tuya, claro" (Tommy Smothers, 1937, músico estadounidense)

Solemos hacer una pequeña parte del trayecto diario uno detrás del otro –más bien yo detrás de ellos- y el día que no coincidimos es como si me faltara algo. Ya sé que lo que recogen es basura, pero al paso de sus camiones queda una apestosa polvareda que emponzoña el aire llenándolo de olor a coles podridas, restos de fabada, bandejas de lasañas recalentadas sin rebañar, botes de conservas abollados y otras interminables maravillas imposibles de definir.

Pero ellos no lo hacen porque sí, lo hacen porque son prácticos. Como si fueran modernos pulgarcitos motorizados tratan así de marcar el camino para no perderse y poder volver al día siguiente. Les bastará con usar su olfato.

A ellos… y a todos los que nos cruzamos cada día en su camino.



... video

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1573. Lunes, 8 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo tercero: “Si realmente no existen más formas de vida en el universo... cuánto espacio desaprovechado". (Jodie Foster, 1962, actriz estadounidense)

Me daban ganas de hacer una breve incursión por la política, recurrente tema que te saca de más de un apuro cuando andas un tanto espeso y las palabras se resisten a salir con cierta fluidez. Pero ocurre que son cuestiones tan manidas, tan tediosas que uno prefiere aburrir al personal con cosas verdaderamente importantes. Por ejemplo…si ningún hombre ha amamantado nunca a sus hijos, ¿por qué seguimos teniendo pezones?

Pues hay una razón muy sencilla, los hombres conservamos esa característica, muy útil para las mujeres, puesto que mantenerla no supone coste alguno desde el punto de vista adaptativo. Ya que están ahí, (todos tenemos una misma impronta genética) y mientras no molesten, la selección natural no hace esfuerzos por quitarlos del medio

No hay nada como pasar desapercibido para sobrevivir… por muy inútil que seas. A montones los ejemplos, a montones.



... estómagos ambulantes

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1572. Viernes, 5 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo segundo: “Cuando los bebés lloran, les hacen caso. Es increíble cómo en sólo unas pocas horas han aprendido la utilidad de la extorsión”. (Bret Ellis, 1964, escritor estadounidense)

Lo dicen en una de esas revistas llenas de anuncios de cremas anticelúliticas y dietas de 228,5 calorías, la moda que está causando furor en los EE.UU. tiene un nombre: whoring. O lo que es lo mismo, estimular las relaciones sexuales dentro del matrimonio mediante el pago, por parte de uno de sus miembros, de una cantidad de dinero a la otra parte cada vez que uno de los dos quiera hacer uso de los derechos matrimoniales.

Las reglas son simples, uno puede pedirle al otro que le haga cualquier tipo de servicio y el otro se puede negar si la práctica pedida no le interesa; o decidir subir la tarifa de manera escandalosa por consentir el capricho.

Lado bueno: gracias al whoring muchos estadounidenses lo hacen cuando quieren y, sobre todo, como lo quieren; mientras sus parejas salen de compras casi todos los días.

Lado malo: puestos a pagar, seguro que uno acaba echando de menos cierta variedad en la materia prima que alquila. Por mucho que a uno le gusten las croquetas (y por mucha variedad de ellas con las que te puedan sorprender cada día) de vez en cuando apetece un trozo de jamón... más tierno. Por ejemplo.

Ya que se paga el menú... Hasta el lunes pues.

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1571. Jueves, 4 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo primero: “Ser pobre y parecerlo es el método más seguro para nunca levantar cabeza” (Oliver Goldsmith, 1730-1774; médico irlandés)

Ayer, es curioso que no pueda precisar dónde ni cuándo, di un mínimo mal paso. El pie, no sé cómo, asentó mal en el suelo. Esta mañana el tobillo izquierdo me envía la noticia de sí bajo la forma de un intenso dolor. Pero ¿yo tenía ese tobillo?, me pregunto.

Ya lo decía Eugenio d`Ors: sólo nos llama la atención aquello que conocemos. Y estoy de acuerdo. Todos hemos advertido en alguna ocasión que después de estar una vez en algún pueblo que no conocíamos antes, ese nombre aparecerá, a partir de la visita, con frecuencia ante nuestros ojos en la prensa o en la radio; ante nuestros oídos en las conversaciones. Antes la frecuencia de su aparición era la misma, pero no la advertíamos.

Mi tobillo, evidentemente, siempre ha estado ahí, pero creo que esta mañana él y yo nos vamos a conocer mucho más intensamente.



... y otras hierbas

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1570. Miércoles, 3 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo septuagésimo: "La mayor parte de nuestros héroes son como algunos cuadros: para admirarlos no hay que mirarlos muy de cerca" (Tom Wolfe 1931, escritor estadounidense)

La pregunta se la hacía la verborreica protagonista de una serie: teniendo en cuenta que queda descartado que pudieran ser fundidos ya que su misión era aguantar el hierro ardiendo sin que por ello se inmutaran, ¿dónde estarán guardados todos esos millones de yunques que llegaron a existir en el mundo, ahora que ya no se usan?

Y sin esperar a que le contestara alguno de los presentes empezó a cuestionarse algo mucho más profundo: ¿cómo hacían las madres/padres, abuelas/abuelos y/o tíos/tías antes de que se inventarán los aviones para que los niños siguieran la cuchara voladora llena de comida con destino a su boca?

Da un poco de miedo saber que sabemos tan poco de tantas cosas importantes.

... poder femenino

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1569. Martes, 2 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo sexagésimo noveno: “El ojo del culo es mucho más necesario que los de la cara, porque sin estos se puede vivir” (Francisco de Quevedo, 1580 - 1645; escritor español)

A medida que la historia avanza, el ser humano realiza, a medida que la historia avanza, proezas cada vez más dignas y memorables.

Mlle. Dobois, actriz (de teatro), señorita que inspiró al Marqués de Sade para el personaje de Saint-Ange, en La filosofía del tocador, yació con 16.527 hombres (todos ellos debidamente registrados en su diario personal) en los 20 años en los que permaneció activa. Una leyenda para su época.

Pero un juego de niños (de niñas más bien) comparada con Lisa Spar, también actriz (aunque de otro género) que tiene el record mundial femenino –hasta ahora- para la mujer que ha interactuado -bonita palabra- con más hombres en un sólo día: 919, casi uno por minuto contando los descansos de ella.

La humanidad avanza, los retos se van superando. Hasta los que parecen imposibles.

... el más largo

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1568. Lunes, 1 marzo, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo sexagésimo octavo: “Besa al perro en la boca hasta que consigas lo que quieres. “Proverbio árabe)

Una pareja humana se deteriora, por lo regular, lentamente en un proceso doloroso, durante el cual el amor, si lo hubo, o la ilusión del amor, si sólo fue ilusión, se transforma en animosidad, resentimiento y, finalmente odio. Una metamorfosis sentimental que suele acabar en separación. Separación que, independientemente de la duración de la pasión anterior, suele ser tan instantánea como una operación de integrales ejecutada en décimas de segundo por una de esas maquinitas chinas de calcular sin las que estaríamos perdidos.

Y uno se pregunta: ¿A dónde va a parar todo ese desamor inmenso que encenagaba el amor de las parejas que se separan. ¡Y a dónde el amor que un día sintieron? Aquello que aprendí en la Física del bachillerato lejano de que la energía ni se crea ni se destruye que sólo se transforma, me hace pensar que el amor y el desamor, incluso la amistad y el odio son simples transformaciones permanentes, como un repisarse del suelo afectivo en que nos apoyamos y, digo yo, que su resultado final, si nada se crea no se destruye debe dar una cifra constante.

Vamos que para que una pareja nazca, otra tiene que morir. Pura ciencia.

... de pascuas a ramos

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