1536. Jueves, 14 enero, 2010

Capítulo Milésimo quingentésimo trigésimo sexto: "Las cosas suaves siempre penetran en las cosas duras" (Proverbio chino)

Con vistas a las próximas vacaciones (quien tiene hambre con pan sueña) se pueden encontrar cosas entretenidas. Escapadita unos días por Papúa Nueva Guinea, los suficientes como para podernos "empapar" de la cultura milenaria de sus pueblos y participar de forma plena en algunos de sus ancestrales ritos.

La mayoría de las tribus de la zona creen que los hombres son hombres por su semen y que la mejor forma de obtenerlo es succionarlo de alguien que disponga de reservas del mismo, especialmente si es extranjero. Consecuencia de tan "emprendedora" forma de pensamiento: la felación como un ritual que los nativos se empeñan en practicar con los visitantes a la mínima ocasión.

Como destino especialmente recomendado convendría destacar una visita, cultural por supuesto, a la tribu de los Sambias aunque sólo sea para impregnarse de su especial y complejo "ciclo de iniciación". Al llegar a la pubertad, los adolescentes sambias son separados de sus madres para ser llevados a una especie de poblado "alternativo" en el que vivirán todos juntos hasta cumplir los 25 años, edad ésta en la que deberán casarse y tener hijos demostrando así que han alcanzado la virilidad.

La organización en esta convivencia es simple. Durante sus primeros siete años los más pequeños realizan continuas felaciones a sus mayores (cuantas más veces al día, mejor) y, muy especialmente, a todos los que tengan el detalle de hacerles una visita. Piensan que tragar semen es la única manera de llegar a ser un hombre

Después de esos primeros siete años y hasta que cumplan los 25 y se casen, serán ellos los que, en un gesto de generosidad que les honra, se conviertan en los "dadores" capaces de convertir a la nueva generación en unos verdaderos sambias.

Voy a sacar un billete.

... ojos de lince

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