1357. Viernes, 27 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo séptimo: "El que hace el burro no debe extrañarse que los demás se suban encima” (Proverbio lituano)

En los Archivos Históricos Aragoneses consta la historia de un tal Juan María Zaragoza, condenado a servir en la Marina por mantener, allá por el año 1883, un apasionado romance con una mula.

Lo más curioso del tema es que no fue castigado por la relación, sino porque no hizo caso de ninguno de los tres apercibimientos que le efectuó el dueño del animal, empeñado en que dejara en paz al bicho a pesar de que un muy enamorado señor Zaragoza le había ofrecido, sin ningún éxito, todo cuanto tenía sólo para poder estar junto al amor de su vida.

Por muy dueño que fuera de la mula no tenía ningún derecho a interponerse en la relación y destrozar así una pasión. !Hombre ya!, que algunos son como el perro del hortelano.


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1356. Jueves, 26 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo sexto: "La vejez llega inesperadamente. De pronto ya no saltas de la silla, te levantas, que es una acción distinta”.(Katharine Hepburn, 1907-2003; actriz estadounidense)

En su lucha por existir, las plantas utilizan todas las armas a su alcance conformando un comportamiento instintivo que podríamos llamar inteligente, pero que carece de emociones o de la capacidad de aprender. Vamos, que son listas las condenadas. Para reproducirse ofrecen flores y frutos a insectos y otros animales. Para asegurarse el espacio y el agua segregan sustancias que inhiben la germinación de plantas de su misma especie. Repelen a los depredadores y plagas con hormonas y sustancias tóxicas que atajan la proliferación de larvas. Incluso las ultimas investigaciones han descubierto que las plantas programan sus ciclos vitales, reúnen información del entorno y toman las decisiones más adecuadas para su supervivencia según un sistema de “computación distribuida” semejante al de una red de pequeños ordenadores. Es decir, que cada una de las hojas de la planta responde a lo que hacen las demás formando un sistema de información-reacción que permite regular con mayor precisión los mecanismos biológicos de la planta.

Aun así, para la mayoría de los científicos, todas las habilidades de las plantas, por extraordinarias que puedan parecer, no demuestran en absoluto su inteligencia y mucho menos su sensibilidad. Aceptan que éstas se mueven por propia iniciativa y toman decisiones que las benefician; por ejemplo, el tallo y las ramas de una planta se dirigen hacia una fuente de luz, y las raíces crecen hacia la humedad. Pero sus objetivos son innatos, es decir, su capacidad de reacción es similar al instinto animal; no se trata en absoluto de facultades aprendidas en un proceso de educación. La planta no aprende ni agrega ninguna capacidad adicional como fruto de la experiencia, por lo que no puede decirse de ellas que tienen sentimientos o inteligencia en el sentido estricto de la palabra.

Dicho lo cual, pensaba yo que parece mentira la cantidad de nombres propios de gente -de los que habitualmente nos rodean-, que pueden ser capaces de sustituir en la parrafada anterior a la palabra “planta” sin desvirtuar absolutamente nada del texto y encajando como anillo al dedo. Sobre todo en el entorno laboral. El mundo es un pañuelo.

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1355. Miércoles, 25 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo quinto: "Servid cien veces, negaos una, y nadie se acordará más que de vuestra negativa” (Plinio el Joven, 61-112; escritor romano)

Miércoles de ceniza. Por alguna extraña asociación de ideas con polvos y similares en tal día como hoy, venía yo pensando que por qué habiendo pimientos rojos, amarillos, naranjas o verdes, resulta que sólo venden el pimentón de color rojo y, en cambio, no lo venden amarillo, naranja o verde.

No es que me importe lo más mínimo, pero... ¡hay tantas cosas por aprender y tan poco tiempo!

... monedas

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1354. Martes, 24 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo cuarto: "Cuando el carro se ha roto, muchos os dirán por dónde no tenía que haber pasado” (Proverbio turco)

El león, el rey de la selva: majestuoso, valiente, elegante, esforzado, indomable, decidido. Para multitud de culturas el gran depositario sagrado del conocimiento, el símbolo de la sabiduría.

Pues aquí el mozo, que se debe de gastar una pasta en asesores de imagen con toda al buena prensa de la que goza, se pasa una media de más de 20 horas (veinte) al día descansado, 15 (quince) de ellas durmiendo. Y a otros, sólo por intentar echar una cabezadita -unos míseros minutos- en mitad de una laaaaaaaaaarga jornada laboral, nos llaman vagos. Así está el mundo.



... servilletas

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1353. Lunes, 23 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo tercero: " Lo que es un caballo resulta obvio para todo el mundo” (Definición de caballo en la primera enciclopedia polaca)

Los griegos y los romanos usaban para comer una especie de cuchara con la boca muy ancha y un mango puntiagudo que servía tanto para trinchar como para pinchar la carne y llevársela a la boca. Una especie de cuchara-tenedor-cuchillo todo en uno con el que lograban el correspondiente ahorro de dinero -mucho más barato uno que tres-, de espacio –ocupará una tercera parte-, y de tiempo, que no es lo mismo lavar uno que tres.

Más apañados eran, por los siglos XV y XVI, la gente del campo. Cuando tenían que comer algún plato “de cuchara” cada uno se fabricaba la suya: las hacía de pan y con ellas comían el plato caliente. Una vez que habían terminado se comían la cuchara. Reciclaje puro.

Ideas de lunes para tiempo de crisis. Rebajas bajas de cosas majas.

... la caraba

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1352. Viernes, 20 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo segundo: "No seas demasiado dulce: te tragarán. Pero no seas demasiado amargo: te escupirán (Proverbio arameo)

A Nicolás Culpeper (1616-1654), excelente investigador conocido por elaborar tratados completos sobre las propiedades curativas de las plantas, no se le ocurrió otra cosa -el aburrimiento es muy malo- que establecer una correspondencia entre las zonas erógenas del cuerpo humano y los signos del zodiaco. Así, en su libro Herbolaria recomienda, mediante detallados consejos e ilustraciones más o menos pormenorizadas, masajear a los amantes en distintas zonas según su fecha de nacimiento:



Nada más lejos de mi intención que quitarle el mérito a tan reputado científico pero, al menos en mi caso, no ha estado muy acertado. Es verdad que cabe la posibilidad de que un servidor no naciera en la fecha en que me han dicho que lo hice –a partir de cierta edad uno no se acuerda de todos los detalles de su vida- pero, aún así, le noto yo ciertas lagunas al método. Será que, con esto de la crisis, me estoy volviendo más suspicaz con las cosas de la ciencia. Será.

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1351. Jueves, 19 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo primero: "Hay más personas desgraciadas por la falta de lo superfluo que por la falta de lo necesario”. (Joseph Pelet de la Lozère, 1785-1871; político francés)

Uno, en su candidez, siempre creyó que tener dinero, pero mucho dinero, equivalía a una vida de lujos y comodidades. ¡Ingenuo de mí! Resulta que los ricos no sólo lloran, sino que, como todo hijo de vecino, también esperan. Valga una pequeña muestra del calvario que tienen que sufrir los pobres ricos cada vez que necesitan apartarse de su rutina cotidiana.

Por ejemplo, para una simple escapada al delta del Okavango, Botswana, campamento de Mombo, en Chie Island (a partir de 3.500 euros la noche), la lista de espera no baja de los dos años. Y una estancia en Afagiri Village (Kenia), al sur de Monbasa, villa africana compuesta por cuatro mansiones con vistas al océano índico, decoradas con estilo africano, piscina privada y campo de golf comunitario (cuyo alquiler está entre los 1.000 y los 5.000 euros por día), tiene una lista de espera entre cinco y siete meses.

Peor lo tienen estos pobres si quieren viajar un poco más lejos, es lo que ocurre con los vuelos de gravedad cero a la Estación Espacial Internacional (ISS). El próximo, que será el mes de marzo, ya está ocupado (por Charles Simonyi, un millonario húngaro) aunque puede uno apuntarse para el siguiente (en el 2011) siempre que lo haga cuanto antes debido al gran número de solicitudes. En el precio, que es de 28 millones de euros por persona, va incluido un programa de entrenamiento intensivo de seis meses.

Siguiendo con los viajes largos, tampoco es fácil pasar unos días de vacaciones en el Galactic Suite, hotel en construcción orbitando a 450 km de la tierra y cuyos primeros turistas llegarán en el 2012. Proyectado por el arquitecto catalán Xavier Claramunt, tiene una estructura de cuatro módulos que, en forma de racimo de uvas, estarán conectados a través de un núcleo central. Durante las cuatro jornadas de estancia máxima permitida, los turistas verán salir y ponerse el sol 15 veces al día mientras dan una vuelta a la Tierra cada 80 minutos. Se debe reservar cuanto antes ya que, a pesar de que hasta ahora sólo hay 40 personas inscritas, su reducida capacidad (máximo de cuatro turistas y dos tripulantes a la vez) hace que el tiempo de espera para acceder a él sea largo. En los 3.000.000 de euros que cuesta el viaje de ida y vuelta y la estancia de cuatro días, se incluye, como detalle para clientes, el entrenamiento espacial y una semana en el caribe con la familia.

Algo más cerca -pero igual de complicado- está alojarse en el hotel Burj Al Arab (Dubai, Emiratos Árabes), siete estrellas. Entre 3.000 y 19.000 euros por persona y noche. Hay una lista de espera de más de seis meses.

Tampoco está fácil el mundo del mar. Pasar unas relajadas vacaciones en un velero indonesio; barco de madera con 50 metros de eslora y capacidad para diez personas (entre 40.000 y 50.000 euros la semana), necesita reserva de entre 9 y 11 meses antes. Más asequible podría ser realizar un tranquilo crucero en el Queen Mary, de la compañía naviera Cunard Line (el precio del viaje oscila entre los 2.270 y 3.590 euros por persona) pero la lista de espera ronda los cinco meses.

Y qué decir de asistir a algún espectáculo. Ir al concierto de Año Nuevo en Viena -con entradas entre 100 y 3.650 euros- tiene una lista de espera de más de un año (ya están agotadas todas las localidades para el 2010). Asistir al Festival de Bayreuth, en Babiera, Alemania, del 25 de julio al 28 de agosto, con entradas a partir de los 4.200 euros, tiene una lista de espera de ocho meses.

Tampoco tienen fácil salir a cenar. La lista de espera en un restaurante de moda como el Diverxo, en Madrid (abierto de martes a sábado y con capacidad para 20 personas) es de dos meses... y subiendo. En el Atmósfera, en Milán, Italia, un antiguo tranvía y restaurante en el que 24 persona cenan en marcha con las mejores vistas de la ciudad, la lista de espera está en 75 días.

Más complicado tienen comprarse un coche. Un Morgan aero 8, coche deportivo diseñado en el Reino Unido y fabricado artesanalmente a gusto del comprador, con un precio de 110.361 euros, tiene una lista de espera de un año. El Audi r 8, deportivo, producido en Alemania con carrocería de aluminio y motor central, tapizado en cuero y fabricado íntegramente a mano (precio de 129.220 euros) también tiene lista de espera de un año. O el último Lamborghini, el Gallardo, (su nombre, como todos los de la casa Lamborghini, tiene origen taurino, en este caso de una ganadería del siglo XIII) un deportivo italiano biplaza con carrocería de aluminio, motor situado en la parte central trasera, tracción a las cuatro ruedas y asientos están recubiertos de piel. Su precio, 190.895 euros, no impide que la lista de espera esté entre los ocho y los quince meses.

Son sólo algunos ejemplos que demuestran lo evidente: en todas partes cuecen habas. Y es que, tanto quejarse de las listas de espera y resulta que hasta el más potentado de entre los potentados tienen que pasar por alguna de ellas. Y sí, vale, reconozco que no es lo mismo estar en una lista esperando una chapaypintura de próstata, por ejemplo, que para pasar unos días en un velero indonesio mientras te hacen masajes tántricos, pero el refrán lo deja bastante claro: el que espera desespera. Lo demás no dejan de ser detalles que no cambian el espíritu de la sentencia.

... la caraba

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1350. Miércoles, 18 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo quincuagésimo: “Todo necio / confunde valor y precio”. Antonio Machado, 1875-1939; poeta español)

Tiempo de carnaval en tiempo de crisis. Hoy, en peluche práctico, desempolvamos un disfraz barato a la par que elegante.

Cogemos una sábana blanca, -mejor sucia por aquello de un toque de realismo-, le hacemos un agujero en medio y nos la colocamos en plan poncho. Ya tenemos la clara.

Cogemos un casco amarillo de esos que usan los obreros (si la cosa está muy mal se puede sustituir por varias servilletas unidas del mismo color) y nos lo ponemos en la cabeza. Ya tenemos la yema.

Hecho. Estamos disfrazados de huevo frito. Sólo hay que esperar a que alguien quiera mojar en nosotros.

... una boda en seis etapas

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1349. Martes, 17 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo noveno: “El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan". (Arnold Joseph Toynbee 1889-1975; filósofo e historiador británico)

Aunque el anfetamínico showman que tienen como presidente los franceses acabe dejando a un lado al resto de países europeos, uno de los pueblos que más contribuyeron a la formación de Europa fue, sin duda, el de los los germanos, en aquella época divididos en multitud de tribus que luchaban entre sí y cuya enumeración, además de fatigosa, sobraría. ¿A quién le puede interesar las diferencias entre un frisón y un turcilingo?¿Eran más aficionados a la cría de abejas los rugios que los usipetas? ¿Tenían mejor disposición para el patinaje en hielo los bátabos que los captos? ¿Eran más dados al baile típico los tencterios que los aduatucos? A nadie.

Sin embargo había dos cosas que les unían como pueblo. Una era su afición a las preguntas profundamente filosóficas; famosos fueron, por ejemplo, sus debates sobre: ¿qué mitad de una mujer elegiríais, la superior o la inferior?

Y otra, mucho más importante su pensamiento, pilar fundamental en su organización social y jurídica, y que estaba basado en una sola premisa: el matrimonio no consiste en alcanzar una mayor o menor felicidad, consiste simplemente en estar casado.

Listos estos germanos. Por eso han llegado donde han llegado.

... un tatuaje para toda la vida

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1348. Lunes, 16 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo octavo: “Lo malo de decir lo que uno siente es que muchas veces uno siente haberlo dicho. (Mariano Rodríguez de Rivas, 1914-1995; periodista español)

Revolviendo entre papeles atrasados este fin de semana, me he topado con un texto -huérfano de autor- que me zampé de un tirón. Un texto que cuenta con la mejor garantía de calidad que se puede tener: no lo he escrito yo... Aunque, eso sí, subscriba punto por punto lo que en él se dice.

“No tengo nada que alegar contra la cirugía estética. Pero nada de nada, vamos... Creo que quien se somete a ella lo hace por necesidad física o anímica; y supongo que sus resultados producen un bienestar inmediato, algo así como vivir una luna nueva de miel con uno mismo que no admite reproches, porque serían injustos.
Ahora bien: lo que podríamos llamar la cirugía ética es otra cosa... algo que si me avergüenza cuando me la receto a mí misma o cuando veo que otros se la aplican.
Llamo cirugía ética a las prisas que nos entran por borrar cuantas cicatrices y arrugas van dejando en nuestro ánimo, en nuestro espíritu, en nuestra alma las penas, los dolores y las contrariedades de la vida. Ante el más mínimo bache ya estamos aplicando, corriendo, corriendo, lo que un amigo mío describe como la “teoría de las compensaciones” y cuya práctica es la que sigue: ¿qué tengo un desengaño sentimental? ¡pues me compro el último iphone, tres zapatos de piel de cocodrilo y una cazadora de piel, hala!; ¿qué las cosas no van del todo buen en el trabajo? ¡pues, en lugar de reflexionar serenamente sobre las causas y posibles soluciones de los problemas, me enchufo cinco horas seguidas a la televisión en plan drogata de la pantalla! ¿o es que no merezco un poco de evasión?; ¿qué la salud flojea y aparecen molestias, dietas, medicaciones y otras pejigueras? ¡pues me tomo cuatro copazos y comienzo a ver la vida de color rosa-alcohol más risueño!... La teoría/práctica de las compensaciones consiste en buscarle un descosido de placer en cuanto asoma en nuestra existencia el roto de la desdicha: movimiento frenético, compras sin sustancia, sexo y sucedáneos venenosos de la alegría para tratar de borrar, con cirugía inmaterial, los rasguños y desconchones que se nos van marcando en el alma.
Hasta nos produce un cierto bochorno, una vaga repugnancia, permitir que alguien de percate de que lo estamos pasando canutas, de a kilo... No digo yo que andemos todo el día de plañideras y lloricas por la calle; pero el sufrimiento no envilece: dignifica. Y pretender que la vida –la vida de uno y la vida en general- es una juerga mora permanente, “orgía y desenfreno” como decía el otro, me parece más que una bobada: me parece una mentira.
No le encuentro, pues, ningún sentido a tratar de disimular los desperfectos de nuestro ánimo., las malas rachas, con el maquillaje del hedonismo, del “dale marcha a tu cuerpo, Macarena”.. Yo soy el primero que practico febrilmente la teoría de las compensaciones y que, en los esos momentos de lucidez que tengo entre frenesí, me digo” Desengáñate: este dolor que sientes, esta pena que tienes no la borran todos los trajes de chaqueta a estrenar del mundo. Aprieta los dientes, aguanta como un hombre y deja que el heridón del alma sangre un poco, que tampoco pasa nada...” Unas veces consigo evitar la tentación de la compensación y, otros no. Y así voy tirando... Pero aunque mi carne sea débil como la que más y mis caprichos tan fuertes como los que más, sí tengo claro en el coco que nada ni nadie puede descolgar de mi espíritu las “rojas insignias del valor”, como dice el título de una novela norteamericana, que las desdichas van dejando prebendas en él.
Porque, oigan, penas haylas, como las meigas gallegas... Se ponga uno como se ponga, se oculte uno como se oculte, disimule uno como disimule, las penas vienen. Y, a veces, no se van: se quedan un rato largo como inquilinas de nuestro armario. El lenguaje castellano, que es bastante duro e inmisericorde, posee una expresión sin piedad: “a duras penas...”, se dice; “a duras penas estoy pasando por este mal trance”; “a duras penas puedo aguantar este percance”... Exacto: las penas son duras como un mazo golpeando los nudillos. Y es imposible apartar la mano: las penas zurran a pequeños y a mayores, a morenos y a rubios, a pudientes y a mendigos, a guapos y feos.
Creo, también, que es impresentable montar un desfile público permanente e impúdico, de las penas personales. Pero me resulta de lo más idiota del mundo tratar de ocultárnoslas a nosotros mismos, hacer “como si no...” o tratar de ahogar el dolor en un baño de vino y rosas, por ejemplo.
Me voy convenciendo de que si no aceptamos –si no acepto- las “duras `penas” tal cual son, a palo seco, con el ánimo bien templado para admitir la cuchillada y la sangría, nos puede –me puede- sobrevenir algo más pena que la pena misma: pasar por esta vida sin pena... ni gloria”

¡A por el lunes!

... mortal de necesidad

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1347. Viernes, 13 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo séptimo: "La mayoría de las mujeres se proponen cambiar a los hombres y cuando lo consiguen se dan cuenta de que ya no les gustan” (Marlene Dietrich, 1901-1992; actriz y cantante alemana)

La tradición romántica ha alimentado la idea de que el amor verdadero no conoce límites y enaltece la entrega absoluta al ser amado, una entrega en la que no caben fronteras ni condiciones. Una mentira. El amor es el que nos nutre y nos ayuda a crecer, un sentimiento sano y libre que nace y crece desde la independencia, una independencia que en ningún caso tiene que significar distanciamiento, frialdad o desamor, basta con ser razonable y entender lo obvio: que una relación de pareja es cosa de dos. Siempre.

El amor puede doler, y mucho, sin que para ello tenga que existir maltrato físico. Es lo que llaman dependencia emocional, es decir, que hay quien vive supeditado a la aprobación de su pareja en todos los aspectos de su vida. Por supuesto que a todos nos gusta que nos reconozcan nuestras virtudes o nos feliciten ante la metas cumplidas, pero nunca deberíamos olvidar que en una relación sana se debe dar.. pero también se debe recibir. Hay amores erróneos que perjudican, y eso es algo que nadie debería tolerar.

Buen San Valentín a los que lo celebren. Hasta el lunes.

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1346. Jueves, 12 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo sexto: "Con tal que se tenga una pocilga, se encontrarán cerdos” (Proverbio celta)

Aunque pueda parecer lo contrario después de echar una miradita al parecido entre los hijos de tribus vecinas -que bien pudiera ser circunstancial-, los celtas, antepasados de casi todos nosotros, eran relativamente monógamos.

Una monogamia que tenía su truco.

Los celtas disfrutaban de distintos tipos de matrimonio, de acuerdo con su clase social y su situación económica; no como ahora, que está tan casado un funcionario autonómico como una cajera del Carrefour. Cuando la mujer no aportaba ninguna dote, aparte de sus encantos naturales, el matrimonio se celebraba por un año, de mayo a mayo (no fuera que los encantos naturales no dieran más de sí) pudiendo el marido tomar simultáneamente otra esposa, llamada temporera, menos agraciada que la primera pero de condición más elevada, es decir, con una dote más sustanciosa. Y sí, para los más susceptibles, cuando la riqueza la aportaba la mujer, era el marido pobre quien asumía la condición de temporero.

Nunca como entonces han sabido los ricos sacar tanto partido a su riqueza sin salirse de las normas, y nunca unas normas estuvieron tan bien planteadas por estos lares.

... esposas indiscretas

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1345. Miércoles, 11 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo quinto: "Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería" (Otto von Bismark, 1815-1898; político alemán)

Todos, en mayor o menor grado, por acción o por omisión, mentimos. Lo hacemos en la medida que no decimos lo que pensamos o que decimos lo que no pensamos o no sabemos, o incluso lo que sabemos incierto. Es un proceso evolutivo lógico que, en el mejor de los casos, aparece cuando nos damos cuenta de que la sinceridad no siempre es posible ni conveniente.

Por eso, y desde siempre, las diferentes culturas han intentado establecer mecanismos para conocer si alguien está mintiendo o diciendo la verdad. Un tema en el que, por cierto, no se ha avanzado mucho ya que los últimos ingenios científicos, el del criminólogo italiano Cesar Lombroso en 1895 basándose en el aumento del pulso y la presión sanguínea, y el del norteamericano A. Larson, en 1921 creador del polígrafo que combinaba presión sanguínea, pulso y ritmo respiratorio, apenas tienen credibilidad.

Al contrario del método que aún usan los beduinos de Arabia que, cuando quieren saber si alguien ha mentido, le hacen chupar una barra de hierro ardiendo; si la lengua aparece quemada, queda demostrado que el acusado ha mentido.

Sí, eso mismo, todos acaban con la lengua chamuscada, pero basta con volver a releer la primera frase de esta entrada para comprobar que el método tiene un 100% de aciertos.

... arrimando el ascua a su sardina

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1344. Martes, 10 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo cuarto: "Los únicos que están siempre de vuelta son los que no han ido nunca a ninguna parte". Antonio Machado,1875-1939; poeta español)

Parece que este es uno de esos momentos en que la gente se encuentra más cerca de la claudicación que del empeño. Da la impresión de que se sienten desamparados y buscan protección. Hasta los más optimistas confirman que esa sensación de pesadumbre se extiende más allá de algo coyuntural. Todo parece indicar que el mundo se encuentra sobrepasado, hundido, sin alma. El malestar es global. “Es difícil no caer cuando todo cae”, decía Machado. Luchar por superar el desánimo que nos rodea requiere mucho esfuerzo. Establecer las propias reglas es muy trabajoso. Hay gente que prefiere entregarse a la desidia, seguir y obedecer a otro para echarle la culpa de sus fracasos. La mayor prioridad en estos tiempos debería ser encontrar personas, motivos y argumentos que nos den ánimos. Las ganas de vivir, de luchar, de salir adelante son contagiosas; hasta me atrevería a decir que la inteligencia para hacerlo también lo es. Total, ya que nos cuesta lo mismo ver las cosas medio llenas que medio vacías, será cuestión de mirar el lado bueno.

Por eso, y a pesar de todo, adelante. En peores garitas hemos hecho guardia, !qué leches!

... la máquina que habla

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1343. Lunes, 9 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo tercero: ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?" (Miguel de Cervantes Saavedra, 1547-1616; escritor español)

La expresión “tener mala leche” procede de la antigua creencia de que la leche materna influía decisivamente en la futura personalidad de los pequeños. San Agustín, por ejemplo, recomendaba que los bebés cristianos no fueran amamantados por amas paganas o que sus madres se atuvieran a las consecuencias cuando sus hijos fueran mayores.

Visto como está el patio de los adultos hoy, y teniendo en cuenta que la mayoría de los entonces niños se criaron a los pechos del Pelargón o del Anfimón, parece claro que San Agustín tenía razón.. y que aquellas leches no estaban precisamente muy católicas. Así nos va.

... sal

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1342. Viernes, 6 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo segundo: “La única manera de acabar aprisa y satisfactoriamente una conversación es darle al otro la razón en seguida” (León Daudi, 1905-1985; escritor español)

El Kamasutra es lo más parecido a un billete de 500, todo el mundo ha oído hablar de él pero poca gente lo ha visto. Los afortunados que han podido tenerlo en sus manos afirman que es muy bonito, con unas ilustraciones muy antiguas y la mar de aparentes, tanto que para poder pillar algo hay que estar un rato mirando fijamente, como pasaba en aquellos cuadros tridimensionales llenos de coloridos manchurrones que se pusieron tan de moda como lamacarena.

Bonito, sí, puede ser, pero muy poco práctico. ¿Cuántas posturitas –distintas- de los recopiladas por Vatsyayana hace unos dos mil años en la India podríamos llegar hacer cualquiera de nosotros sin provocarnos una luxación del coxis –la rabadilla de toda la vida- ? Pues pocas, muy pocas.

Está muy bien esto de experimentar posturitas, cualquier manual lo da como una muy buena opción para romper con la rutina. Pero de ahí a intentar reproducir una tabla de gimnasia montando según qué circos.. va a ser que no. A ciertas edades la cadera ya no suelda como antes.

... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana

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1341. Jueves, 5 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo primero: ""Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber" (George Bernard Shaw, 1856-1950; escritor irlandés)

A mediados de mayo de 1951, Katharine Hepburn y Humphrey Bogart viajaron al Congo Belga para rodar “La reina de África” dirigidos por John Houston. El rodaje estuvo plagado de contratiempos: el ataque al corazón de un guionista, cabañas en un estado lamentable que se caían a trozos, lluvias torrenciales y hasta un brote de disentería. Todos cayeron enfermos, excepto Houston y Bogart.

Ambos fueron los únicos que nunca bebieron agua, sólo whisky.

Aunque nos lo juren en Arameo, obras son amores y no buenas razones. En cuanto empiece a estar un poco pachucho rompo mi abstemia militante. La salud es lo primero

... y son millones

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1340. Miércoles, 4 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo cuadragésimo: "Se empieza por matar al padre y se acaba por no dar ni los buenos días al vecino” (Proverbio letón)

Durante buena parte de la Edad Media era tanto el descrédito de algunos restaurantes que se hizo célebre entre los comensales un conjuro (del que, por cierto viene la expresión “dar gato por liebre” referido a quienes engañan con respecto a la calidad de algo), en el que, frente a una bandeja de carne asada los comensales siempre recitaban: “Si eres cabrito mantente frito; si eres gato salta del plato”.

Por supuesto, el exorcismo nunca les funcionaba (por suerte para el hostelero de turno) aunque, casualmente, la población felina de aquellas épocas llegara a reducirse bastante y sólo fuera capaz de remontar bastantes años después. Hay que tener en cuenta que las ratas no cruzaron el Volga, trasladándose de Asia a Europa (concretamente a París), hasta el siglo XVIII.

... carne fresca de diez días

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1339. Martes, 3 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo noveno: "Primero el hombre en la vida aprende a andar y hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y a mantener la boca cerrada”. (Marcel Pagnol, 1895-1974; escritor francés)

La palabra, que en realidad quiere decir retiro pequeño (retirete), viene definida en el diccionario como “cuarto pequeño en la casa o habitación, destinado para retirarse”. Por eso, y hasta unos cuantos años, el común de los mortales se refería al retrete como el cuarto al que se retiraba a descansar.

Pues que sepan que somos muchos los que intentamos, con nuestro esfuerzo en el día a día, que no se pierda el uso tradicional del lenguaje.

... en honor a McQueen

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1338. Lunes, 2 febrero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo octavo: “La vida es un vals al borde de la nada (Joseph Mankiewicz, 1909-1993; director de cine estadounidense)

George Fordyce Story era un respetadísimo médico del siglo XIX. Un día, estando de juerga, le llamaron para visitar urgentemente a una señora y él, aunque había bebido de más, acudió. Al acercarse a auscultar a la dama, la cabeza le daba vueltas, y entre dientes, dijo “!Vaya borrachera más inoportuna!”. A la mañana siguiente, recibo una nota de la dama que decía: “Le agradecería, doctor, que no hablase a nadie de mi indisposición de ayer. Sin duda, fue una borrachera inoportuna, como usted diagnosticó nada más tomarme el pulso”.

El día que se enteren de lo que de verdad hacemos y, sobre todo, de cómo lo hacemos, nos echan a patadas. Al tiempo.

... gominolas

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