1337. Viernes, 30 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo séptimo: “Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio. (Anton Chéjov,1860-1904; escritor ruso)

En la China se excitan con los pies pequeños, en África con las nalgas y en Japón con las nucas. Sin embargo, y por estas haciendas del muy civilizado occidente, el primer lugar de las encuestas dedicadas a conocer los gustos de los varones heteros lo ocupan los pechos femeninos. Incluso Freud, tan preocupado el hombre por estas cosas, lo situó en lo más alto de su clasificación.

¿Razones? Pues existen tantas como pensadores se han dedicado a teorizar con el asunto. Sin embargo no deja de tener su aquel –poesía incluida- aquella que explica que los pechos femeninos han ido evolucionando hasta convertirse en un precioso balcón que cumple con la misma función de atracción que el trasero de un baduino hembra. Los defensores de la teoría, encabezados por el psicólogo Michael Perry, afirman rotundos: “a diferencia de los monos, una mujer camina erguida, por lo que necesita tener sus atributos de frente”.

Servidor, como es obvio, nada tiene que opinar en tan maleable tema. Ni ganas. Hasta el lunes pues.

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1336. Jueves, 29 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo sexto: “Describe un círculo, después acarícialo y se convertirá en un círculo vicioso". (Eugène Ionesco,1909 -1994; dramaturgo y escritor rumano)

Aunque ahora la cosa ya ha quedado como una simple representación dentro de algunas de sus danzas ceremoniales, no hace tanto que, cuando las mujeres guajiras de Colombia querían invitar a alguien a mantener un encuentro sexual con ellas, zancadilleaban al afortunado todas las veces que hiciera falta hasta conseguir su propósito.

El método no podía ser más explicito, sin duda, pero me estoy imaginando la cantidad de veces que se estamparía contra el suelo el figura del pueblo y me da una pena... buffff.

... mejor antes que después

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1335. Miércoles, 28 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo quinto: "Cuando apuntas con el dedo, recuerda que otros tres dedos te señalan a ti" (Proverbio inglés)

Dicen las enciclopedias que los escitas, un antiguo pueblo indoeuropeo originario de las estepas del norte del mar Caspio, avanzaron hacia Europa del este hacia el 700 a. C., llevando consigo el uso del cánnabis (cáñamo), que utilizaban como tela, pero, sobre todo, para prepararse unos particulares baños, -las famosas “saunas de cánnabis”- de los que Herodoto cuenta: “...los escitas toman la simiente del cáñamo, se meten debajo de las mantas, y entonces tiran la simiente sobre las piedras calentadas al rojo vivo, y la simiente exhala un perfume y produce tanto vapor que ningún brasero griego podría superar tal cantidad de humo: los escitas aúllan encantados en su baño de vapor”.

Con semejante material de viaje es normal que los cronistas describieran a los escitas como “hombres gordos, pesados y bienhumorados, siempre muy alegres, amantes de los brindis, del baile y de la música, con bastante más tendencia a la diversión que al trabajo, algo que evitan siempre que pueden”.

Pocas cosas eran las que se tomaban en serio. En cierta ocasión, reinando Darío, estaba el ejército persa alineado en correcta formación de ataque frente a unas bandas de escitas agrupados con muy poca formalidad, vociferando y contando chistes, como solían hacer antes del combate. El choque de los dos ejércitos era inminente. Inesperadamente, apareció una liebre corriendo entre las dos formaciones, tal vez asustada por los clarines que alertaban para el combate. Un jinete escita echó a galopar tras ella, ¿quién podía resistir la provocación? Otros lo imitaron enseguida, y muchos más después. A los pocos minutos el ejercito de aquellos impenitentes cazadores desapareció en el horizonte tras la liebre. La tropa de Darío quedó desairadísima, frente a nada, indignados los guerreros con aquellos insensatos que abandonaban algo tan respetable como la guerra sólo para divertirse. Aunque los escitas tenían un motivo de sobra para hacer lo que hicieron; una guerra se encuentra en cualquier momento, pero no siempre le salta a uno una liebre en las narices.

¿Y qué fue de aquellos tipos tan simpáticos, con un sentido del humor tan lúdico y civilizado de la existencia? Pues lo normal en gente así: desaparecieron. Mientras civilizaciones mucho más aburridas llevan tropecientosmil años dando guerra, de los escitas, en cambio, no se volvió a tener noticias después del año 100 a.C.

Siempre se van los mejores.

... 40 granos por taza

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1334. Martes, 27 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo cuarto: “Sean menos curiosos con las personas y más curiosos con sus ideas.” (Marie Curie, 1867-1934, científica polaca)

Con el paso del tiempo los esclavos nos convertimos en siervos y después, por aquello de las florituras del lenguaje politicamente correcto, en empleados.

Los empleados hacemos las mismas cosas que hacían los esclavos, pero se nos ha cambiado el nombre, brillante ejercicio éste de dignificación por el apelativo, que se sigue practicando. Nadie dice ya te vendo esta finca doscientos esclavos, que era un atentado a la dignidad del hombre, sino te vendo esta empresa con trescientos empleados, lo que suena completamente distinto aunque venga a ser lo mismo.

La barrera entre la esclavitud y la servidumbre es inestimable, ambigua y evanescente.

... Greta

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1333. Lunes, 26 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo tercero: “El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento." (Erasmo de Rótterdam, 1466-1536; humanista holandés)

La señora, más pintada que una puerta, que veinte años atrás podía haber sido una barbie pero que ahora era la mala copia de una chochona de feria, me estaba sujetando la puerta del ascensor. Me dio tiempo a entrar a mi y a una parejita joven que venía detrás. Después de que cada uno recitáramos el piso al que íbamos, la chica joven empezó una conversación con la señora más pintada que una puerta. Mientras hablaba con ella, la chica joven expelió un silencioso pedo cuyo apestoso olor fue extendiéndose irremediablemente por aquel espacio tan reducido. La chica joven seguía hablando como si tal cosa mientras el chico que iba con ella daba claras muestras de nerviosismo. El muchacho era inocente de todo, pero ni su olfato ni su mente estaban ajenos al proceso que allí se fraguaba. Pensaba “todos van a creer que he sido yo”. Su mirada, angustiada por la magnitud del cuesco, le hacía ser el principal sospechoso. Mientras la chica seguía hablando, el olor fue extendiéndose a la misma velocidad que el rubor en la cara del muchacho. La señora más pintada que una puerta no pudo aguantar más y después de lanzar miradas asesinas al chico, se bajó refunfuñando un piso antes. La chica joven empezó a protestar: “Si no te hubieras puesto colorado, no se habría dado cuenta".

Hoy, salvo que estés bajo la sábana de la cama tu solo, todo el mundo lo ve raro, pero hubo épocas que tirarse pedos no era tan obvio no hacerlo, hasta el punto que el pobre Claudio, el emperador listo con pinta de tonto, tuvo que promulgar un edicto, el “Flatum crepitumque ventris in convivio mettendis” para organizar todo aquello un poco y normalizar, por ejemplo, cómo se debían expeler las ventosidades durante las comidas.

Y es que el pedo es poca cosa. Y su mal olor menos. Uno corriente está compuesto por un 59 por ciento de nitrógeno, un 21 por ciento de hidrógeno, un 9 por ciento de dióxido de carbono, un 7 por ciento de metano y un 4 por ciento de oxigeno. Nada fuera de lo normal. Además, sólo el uno por ciento de su composición –el sulfuro de hidrógeno- causa el mal olor. Un mal olor que, por cierto, ya hay calzoncillos, los "Under Ease", que gracias a llevar incorporado un filtro de carbón activado reemplazable en sus capas superpuestas (el mismo método que usan las jarras de filtrado de agua) lo eliminan completamente antes de que se pueda extender más de lo necesario.

Los pedos se expelen a una velocidad de tres metros por segundo y cada persona, todas las personas -incluida la chochona pinturrujeada como una puerta-, produce aproximadamente medio litro de pedos al día a una temperatura de 37 grados centígrados. Y tan inflamables como los de los demás que de eso ya se encargan el hidrógeno y el metano.

De todo esto, que daría para el infinito y más allá, conviene quedarse con un consejo, tan viejo como útil: disimular siempre. Nada mejor que una buena tos a tiempo.

... galletas

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1332. Viernes, 23 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo segundo: “No hay nada más peligroso que una persona aburrida” (Raquel Hernández, 45 años, cajera)

Decía un señor latino muy sabio, muy listo y muy principal en su época, de nombre Plinio el Viejo, que si el miembro femenino de la pareja bostezaba durante el coito no sólo impediría la fecundación, sino que, incluso, podía llegar a causar la muerte del miembro masculino que estuviera participando en la faena.

Visto el elevado número de viudas en comparación con el de viudos es fácil concluir que, al menos haciendo ciertas cosas, las mujeres se aburren mucho más que los hombres.

Digo que habría que esmerarse un poco más. Por si acaso. Hasta el lunes.

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1331. Jueves, 22 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo primero: "Si alguno os quiere robar la esposa, la mejor forma de vengaros de él es dejar que se la lleve" (Sacha Guitry, 1885-1957; director, actor y guionista ruso)

En 1757 el soldado Robert Francois Damiens se abalanzó sobre el Rey Luis XV de Francia cuando subía a su carruaje con la intención de asesinarle.

No lo mató porque su navaja estaba desafilada.

La pena por el intento de asesinato fue un baño en cera hirviendo y azufre, pinzas candentes por todo su cuerpo y un paseo con desmembramiento incluido a cargo de seis caballos.

Mira que hay gente rencorosa y vengativa. Buahhhhh.

... nubes de algodón

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1330. Miércoles, 21 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo trigésimo: "Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los situados en los lugares más altos son los más inútiles." (Paul Masson, 1846-1896; periodista francés)

Hay quien sostiene que la culpa de la caída del imperio romano la tuvo el vino. Aunque no exactamente el vino, sino los recipientes donde los romanos acostumbraban a guardarlo, un ánfora de barro cuyas paredes interiores estaban recubiertas de plomo que, inexorablemente, acababan pasando a la bebida. El plomo, muy tóxico, se acumula en la sangre, el corazón, los riñones y los huesos y acaba produciendo saturnismo, enfermedad entre cuyas manifestaciones se encuentra la irritabilidad, la pérdida de memoria y la hiperactividad con tendencia a la agresividad.

Dado que emperadores como Nerón o Calígula eran grandes aficionados al vino, hay quien sostiene que su destructivo comportamiento estaba influido por el saturnismo crónico. Vamos, que el Imperio se habría ido a pique por la afición de los emperadores a abusar del zumo de uva fermentado. Claro que, puestos a encontrar un responsable, también deberíamos apuntar a toda la ciudadanía del Imperio. Si tenemos en cuenta que el consumo de vino entre los habitantes de Roma era de entre uno y cuatro litros por persona y día –esclavos incluidos- el saturnismo debía de estar tan extendido entre ellos como la costumbre que tienen los funcionarios de ir a desayunar tres veces cada mañana.

Claro que no va uno a comparar la solidez de un imperio por muy romano que sea, con la de un puesto de funcionario. Sería de tontos.

... ser la pera

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1329. Martes, 20 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo noveno: "Los sermones largos antes mueven culos que corazones". (Proverbio escocés)

Ha cambiado el marketing: así como ahora cualquier producto de belleza que se precie tiene que venir de París y tener nombre francés, en el Imperio Romano la calidad era sinónimo de haber sido fabricado en Grecia, que por algo la palabra cosmética es de origen griego y los cosmetas o perfumistas siempre anunciaban sus productos en griego.

También han cambiado las instrucciones de uso: mientras ahora hasta el más modesto contorno de ojos deliplus del Mercadona tiene su aplicador, en tiempos de los romanos la costumbre imponía que una esclava llenara su boca de perfume para, seguidamente, espurrearlo sobre el rostro y el cuerpo de la dama a la que servía.

Y hasta ha cambiado el sentido estético de la historia: mientras ahora, por ejemplo, la depilación del entrecejo suele ser una cuestión de estado, en el Imperio Romano lo realmente hermoso era que las cejas se juntasen sobre la nariz; la obsesión por lograrlo era tal que no había señora telva o chica cosmo que no se aplicara un compuesto de huevos de hormiga machacados con cadáveres de moscas para conseguir el efecto deseado.

Pero lo que apenas ha cambiado ha sido el resultado final. La forma en que Petronio describe en su Satiricón a ciertas damas de su época recién maquilladas “...sobre su frente bañada por el sudor fluía un torrente de aceites, y en las arrugas de sus mejillas había tal cantidad de yeso que se hubiese dicho que era una vieja pared decrépita surcada por la lluvia", sirve perfectamente para describir a una gran mayoría de las de hoy.

Que además, visto lo visto, seguro que disfrutan de otra cosa en común: ninguna tenía o tiene espejos en los que mirarse antes de salir de casa porque si se viesen las pintas que llevan no creo yo que fueran capaces de salir a la calle..

... luna de miel

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1328. Lunes, 19 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo octavo: "El mundo da asco; todo el mundo va a lo suyo, menos yo... que voy a lo mío" (Andrés Rábago, "El Roto", 1947; humorista gráfico español)

Leo que un restaurante taiwanés ofrece comidas teñidas de marrón y servidas en pequeños inodoros para que sus clientes –que se sientan en urinarios-, tengan una experiencia escatológica única.

Ya ves, experiencia única. Cómo si el tema fuera algo raro en la vida diaria de (casi) cualquiera; 4.000 kilos de excrementos son los que produce, de promedio, una persona a lo largo de su vida. Y, además, ventoseamos alrededor de 3.000 veces al año.


Podía hacer un chiste fácil y decir simplemente que somos una mierda, pero como se trata de animarse un lunes de enero -y a estas horas de la mañana-, lo podíamos dejar en que somos aire... un poco contaminado... pero aire al fin y al cabo.

Lo mismo pero mucho más poético. Digo yo. El que no se conforma es porque no quiere.

... un agujero impuro

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1327. Viernes, 16 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo séptimo: “El caso es tener salud, porque las ganas vienen solas” (Antonio G. 67 años, jubilado)

Por no perder la buena (y sana) costumbre que solemos usar usamos por aquí (casi) todos los viernes, podíamos contar la historia de Julia la Mayor (39 a.C.-14 d.C.), hija del emperador romano Augusto, famosa por tener relaciones con más de 80.000 hombres. Comenzó sus hazañas en la niñez y gozaba de la reputación de ofrecer su cuerpo a cualquiera, incluidos los vagabundos.

Pero en vista de como se presenta el fin de semana de muchos, posiblemente nos resulte más útil saber que, para que te sirvan bien una buena clara con su espuma incluida, es imprescindible que primero te echen la gaseosa.

Una cosa fácilmente comprobable, ya que si se vierte la cerveza y la gaseosa en dos vasos separados se puede observar que sólo se formará una capa de espuma en el primero. Y es así porque la cerveza contiene surfactantes, proteínas y otras moléculas que favorecen la formación de burbujas más estables en la capa superficial de la bebida. Sin embargo, las burbujas de la gaseosa estallan tan rápido que nunca llegan a crear una capa de espuma duradera.

Y no digo yo que conocer detalles de esos que sólo una verdadera experta como la señorita Julia la Mayor pudiera contarnos, tenga que ser incompatible con descubrir que una clara a la que se le echa antes la gaseosa sabe mejor, pero a efectos prácticos seamos sinceros: este fin de semana seguro que caerán más cañas o claras. Como (casi) todos los fines de semana. Hasta el lunes pues.

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1326. Jueves, 15 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo sexto: "Sólo valen las palabras. El resto es charlatanería" (Eugène Ionesco, 1909-1994; escritor rumano)

En cierta ocasión, alguien le preguntó al escritor estadounidense Mark Twain: “En un mundo sin mujeres, ¿en qué se convertirían los hombres?”.

En escasos, señor –replicó Twain-, en muy escasos".

Por más que la misoginia crónica que padezco me controle, tengo que reconocer lo imprescindibles que resultan ellas para según qué cosas. Lo cortés no quita lo valiente.

Una solemne tontería, lo sé, pero sigo vago. Más que de costumbre. El afán de superación es lo que tiene... no deja de sorprenderme con sus resultados.

... no pasarán

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1325. Miércoles, 14 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo quinto: “He aprendido que una vida no vale nada, pero también que nada vale una vida” (André Malraux, 1901-1976; narrador y ensayista francés)

Ley draconiana: expresión que se emplea para calificar normas o disposiciones excesivamente severas. Debe su origen al primer legislador ateniense, Dracón, quien, por el año 625 a.C., dictó el primer código legislativo escrito en Atenas. En él, se especifica claramente que todo crimen cometido por una persona deberá ser castigado con la pena de muerte.

Y en sus páginas mención expresa a uno de los, por entonces, considerados como crímenes execrables: la ociosidad.

!Qué poquito hubiera durado un servidor en aquellos tiempos! !Pero qué poquito!

... los malos conducen Mercedes

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1324. Martes, 13 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo cuarto: “Hay dos maneras seguras de llegar al desastre; una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable” (Francesc Cambó, 1876-1947; político español)

Una de las más viejas costumbres humanas consiste en ponerse en cualquier fila en la que alguien reparta algo gratis. Una afición cultivada al margen de que el artículo a regalar sea una mierda (que siempre lo es) o de que el 99% de los que estén haciendo cola ya tengamos tres docenas de lo mismo en casa.

Bien, pues como devoto practicante de esta milenaria tradición que soy, vengo notando un notable aumento de la agresividad en el ambiente colistico del degartis. Si antes aguardábamos pacientemente a que nos regalaran la caja de cerillas o el globito que se explotaba en cuanto lo intentabas inflar, ahora basta con que te muevas un poco de la fila para que te empiecen a dar todo tipo de información acerca de, por ejemplo, la presunta actividad laboral de tu madre. Y eso si tienes suerte y das con gente tranquila.

Aunque para ser justos hay que reconocer que esta agresividad en las cosas de balde ha existido siempre. Cuentan las crónicas que en la ceremonia de coronación del Nicolás II de Rusia, en Moscú, se iban a entregar obsequios a todas las personas que participaban. Mientras estas personas estaban aguardando para recibir sus presentes, se corrió el rumor de que no había suficientes regalos para todos. Así comenzó una estampida hacia los mostradores con los regalos, y cientos de mujeres y niños fueron pisoteados y murieron.

Por aquí la cosa no llega a tanto (todavía), pero he notado que desde que los prejubilados, jubilados y/o pensionistas empezaron a alternar su misteriosa afición por mirar zanjas con la de hacer cola allí donde ven alguna, los demás, pobres mortales, tenemos la batalla perdida. Tal y como se están poniendo las cosas –cada vez son más y cada vez más agresivos- a lo único que podemos aspirar degratis es a alguna camiseta (que siempre queda grande, grande, grande) conseguida después de pelearnos en la cola con tres docenas de ociosos jubiletas bastón en mano.
Y todo para convertirnos en el soporte publicitario gratuito de cualquier caja de ahorros. Esto de las colas ya no es lo que era.

... tónica contra la malaria

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1323. Lunes, 12 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo tercero: “El adulterio es justificable: el alma necesita pocas cosas; el cuerpo muchas. (George Herbert, 1593-1633; poeta inglés)

En el siglo XVII, la mayoría de los médicos seguían la teoría oficial que sostenía que, según el grado de promiscuidad de una persona, le aparecerían distintas alteraciones en su cuerpo.

Así, si la cosa había sido un simple despiste que pasara a mayores, el único cambio que notaría sería un enrojecimiento de su nariz. Si el individuo persistiera en su actitud y siguiera por el camino del vicio y la perdición de la promiscuidad, padecería gota. En un siguiente paso le saldría chepa. Y ya, a los más viciosos, se les provocaría una alopecia irreversible.

Visto el número de personas calvas –sobre todo en comparación con la de chepudos o gotosos-, parece claro que son son pocos los que han sabido parar a tiempo.


... risa sardónica

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1322. Viernes, 9 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo segundo: "El peor pecado contra la mente humana es creer cosas sin evidencias" (Thomas Henry Huxley, 1825-1895; biólogo británico)

Por culpa de las almohadillas cartilaginosas existentes en la columna vertebral, que se van comprimiendo según transcurre el día, cualquier persona es 1 centímetro más alta por la mañana que por la tarde. Como mínimo.

Pues por alguna extraña razón, la gran mayoría de las mujeres y de los hombres se empeñan en tener una primera cita )justo la que puede cambiar la vida) precisamente a la hora en que son más bajitos. Y luego venga a ponerse zapatos de tacón imposible y alzas disimuladas para aparentar lo contrario.

No somos lógicos.

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1321. Jueves, 8 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo primero: ” Vive de manera que puedas mirar fijamente a los ojos a cualquiera y mandarlo al diablo”, (Henry Louis Mencken, 1880-1956; periodista estadounidense)

Aunque el arsenal de hipnóticos, barbitúricos y sedantes disponibles en cualquier farmacia son mano de santo para hacer desaparecer cualquier inoportuno insomnio, hay quien prefiere hacerlo usando productos algo menos agresivos. Por ello, hay gente que intenta romperse la cabeza descubriendo nuevas formas que induzcan al sueño de una forma natural.

Y no se están quedando atrás en sus avances. Si en 1986 John Henry Timmis IV rodaba “La cura contra el insomnio” (The Cure for Insomnia ), una película en la que el poeta L.D. Groban leía un poema suyo de 4.080 páginas con pequeños cortes de heavy metal y escenas pornográficas (proyectada sin cortes una sola vez, el día de su estreno, del 31 de enero al 3 de febrero de 1987 en el Art Institute of Chicago, Illinois) con el único propósito de inducir al sueño a personas que sufrieran insomnio, uno de mis (presuntamente) superiores, con su bonita -a la par que elegante- charla sobre propósitos laborales para el año que empieza, ha logrado conseguir el mismo efecto.

Con una pequeña diferencia que revela los increíbles avances conseguidos en este tipo de pruebas. Mientras “La cura contra el insomnio” tenía una duración de 5.220 minutos, es decir, 87 horas (tres días y 15 horas), uno de mis amados superiores ha conseguido obtener los mismos resultados en diez minutos escasos, tiempo suficiente para que, mientras él se entretenía soltando su perorata, quien más y quien menos echara una cabezadita.

Un genio es lo que es este hombre, un genio.

... dormirse en los laureles

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1320. Miércoles, 7 enero, 2009

Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo: "La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida". (Nicolas de Chamfort, 1741-1794, escritor francés)

Hoy, siete de enero de 2009, fatídico día de vuelta al trabajo para algunos parias, el suelo de España va a soportar un peso de 115 millones de kilos más que antes de Navidad. Será la consecuencia de los entre dos y tres kilos que, según las estadísticas, habrá engordado cada español de media durante estas fiestas.

Ya no digo yo que la cosa sea un problema estético; al fin y al cabo -y aunque ahora anden un poco desprestigiadas- descendemos de culturas (la griega y la romana) en la que se consideraba que el mayor encanto de la mujer residía en que sus nalgas y brazos fueran regordetes y blancos como la nieve (una de las advocaciones de la diosa griega Afrodita -Venus para los romanos-, la divinidad del amor carnal, era Callipige, es decir, la de las bellas nalgas), sino un problema de tipo mucho más práctico: tengo yo mis dudas de que un suelo como el español pueda soportar -teniendo en cuenta que la cosa es acumulativa y viene ya de otras navidades- semejante tonelaje.

¿No correremos peligro, (por aquello que dicen de la gravedad -aunque yo siempre he pensado que es por el propio peso-) de acabar hundiéndonos?

No sé... es que 115 millones de kilos más en apenas dos semanas son muchos kilos.

... cinco de cien

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13-

- La realidad es que ni sabemos que fueran tres, ni reyes, ni magos. La palabra “mago” viene del latín “Magi” y significa “hombre sabio. Este era el título que se les daba a las castas sacerdotales del soroastrismo, que cobraron fama internacional por su conocimiento de la estrellas.

Según el Evangelio de San Mateo (el único bíblico en el que aparece una referencia), varios hombres de ciencia llegaron a Belén guiados por un astro que les anunciaba el nacimiento de un rey judío. No se especifica cuántos eran, pero ya que traían tres ofrenda, la tradición cristiana ha hecho que fueran tres. Tampoco Mateo ni los textos apócrifos nos aclaran sus nombres, aunque hubo un tiempo en que se acordó que éstos fueran Melchor, Gaspar y Baltasar. Estas tres figuras representarían las tres razas conocidas de la antigüedad, los tres continentes (Asia, Europa y África) y las tres edades del hombre (la juventud, la madurez y la vejez.)

Los regalos, claro está tenían un significado. El oro, signo de reyes, simboliza la naturaleza real del recién nacido; el incienso, usado en los altares como ofrenda a Dios, su naturaleza divina; y la mirra, un producto embalsamador, su futuro sufrimiento y muerte. La leyenda dice que el apóstol Tomás los encontró en saba y los bautizó. Después fueron consagrados obispos y sufrieron martirio; ya muertos fueron depositados en el mismo sarcófago. Sus restos, cuanta la tradición, fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena, y viajaron posteriormente a las alemanas Milán y Colonia. En esta última reposan junto a las coronas que se supone poseyeron en vida.

Melchor, Gaspar y Baltasar tienen diferentes nombres: para los sirios son Larvandad, Hormisdas y Gushnasaph; para los griegos, Appellicon, Amerín y Damacón; para los hebreos Malagath, Galgalath y Serakin. Por otra parte, otras leyendas dicen que venían en número de cuatro (el último llamado Artabán) de doce (idea sostenida por los armenios), o hasta de setenta (como afirman los coptos).

En la Iglesia Católica se interpreta que los tres reyes representan a los descendientes de Set, Cam y Jafet, hijos de Noé.

... historias aparte lo importante es que nos traigan todo lo que hemos pedido. Para eso están.




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12-

- En la ciudad alemana de Emden, en el noroeste del país germano, Papa Noel tiene el nombre de Niedersachen, y viene en trineo desde la ciudad costera de Gijón, en Asturias (España) regalando botella de sidra y frixuelos a los niños que se han portado bien durante todo el año. En cambio, si los niños se han portado mal y no han hecho caso de los padres, les regala salchichas y cerveza rancia.

Según la tradición holandesa, papá Noel es conocido como Sinterklas. No viaja en trineo desde el polo Norte, sino que viene en barco desde Madrid (España) navegando por el río Manzanares y desembarcado en el Mar Cantábrico. Desde esta desembocadura, sigue por el Atlántico hasta las costas holandesas. Una vez aquí, se sube a un caballo blanco y cabalga por los pueblos y ciudades de este país para inaugurar la temporada navideña.

En Palestina la leyenda sostiene que la bruja Befana visita a los niños la noche anterior a la Epifanía (seis de enero) para rellenar los calcetines colgados a tal fin esa noche. Si han sido buenos, se encuentran con chocolatinas y caramelos; en cambio, si han sido malos no tendrá más que carbón. La Befana es descrita como una anciana que sobrevuela sobre una escoba, pero a diferencia de una bruja común, la bruja Befana suele estar sonriente y tiene una bolsa o un saco lleno de dulces y regalos.

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11-

- Ocurrió en un debate parlamentario, durante la Segunda República Española.

Un diputado llamado Algora estaba dirigiéndose a sus señorías cuando dijo:

"- Y esto es más claro que la luz"

Justo en ese instante hubo un apagón de luz que dejó la sala a oscuras, coincidiendo todos los diputados en una fuerte carcajada, acompañada de un aplauso general..

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10-

- Nerón (Lucius Domitius Nero Claudius, (Ancio 37-Roma 68), emperador romano (54-68), hacía ejecutar a los espectadores de teatro que consideraba que no habían aplaudido con suficiente entusiasmo.

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09-

- Lady Nancy Astor era una parlamentaria inglesa con fama de guerrera que se llevaba fatal con Winston Churchill. Tanto era así que, en cierta ocasión, el británico quiso ponerla en evidencia en plena sesión parlamentaria preguntándole cuántos dedos tenían las patas del cerdo. "Descálcese" -le dijo ella- "y cuénteselos usted mismo".

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