1222. Jueves, 31 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo vigésimo segundo: "No se comprende cómo las mujeres no triunfan todas, no teniendo en casa, como no tienen, ninguna mujer que se lo impida". (Noel Clarasó, 1905-1985; escritor español)

Cuentan que en cierta ocasión Albert Einstein se encontró con Charles Chaplin, cuyas películas eran muy admiradas por el creador de la Teoría de la Relatividad. Tratando de ser amable le dijo: "Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo le entiende y le admira". A lo que Chaplin le respondió: "Lo suyo es mucho más digno de respeto; todo el mundo le admira y prácticamente nadie le entiende".

Después de una entretenida tarde en la grata compañía de algunas de ellas, un servidor ha acabado pensando de las mujeres exactamente lo mismo que Chaplin de Einstein.

Simple casualidad. Supongo.



... la indecencia de una mano desnuda

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1221. Miércoles, 30 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo vigésimo primero: "Si así fue, así pudo ser; si así fuera, así podría ser; pero como no es, no es. Eso es lógica”. Claude Lévi-Strauss, 1908; antropólogo francés)

La forma más sencilla de distinguir un huevo crudo de uno duro es hacerlo girar sobre un plano y después pararlo, tocándolo con un dedo sobre el eje de rotación. Al apartar el dedo, pueden ocurrir dos cosas: que permanezca quieto o que empiece a girar de nuevo. En el primer caso estaremos ante un huevo duro y en el segundo, ante uno crudo.

Esta diferencia se explica porque el contenido del crudo, que es líquido, continúa rotando por inercia, aunque paremos la cáscara. En cuanto al duro, dado que la capa exterior y el contenido están adheridos, una vez parado no puede volver a girar por sí solo .

Sí, es verdad, todos sabíamos lo del huevo. No has sido más que una maniobra de distracción para explicar que una científica norteamericana, Kette Follen, ha descubierto -tras muchos estudios- que las personas que no tienen suficiente actividad sexual, leen los post de los blogs con la mano puesta sobre el ratón del ordenador.

Y no sirve quitarla ahora.

... el roce de un pétalo

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1220. Martes, 29 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo vigésimo: "Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro, y si no lo sabes, eres un tonto”. (Confucio, 551-479 a. de C.; filósofo chino)

Los datos semi-oficiales calculan que entre un 25% y un 30% -dependiendo de la especialidad- de las consultas que los pacientes realizan a los médicos son por pura hipocondría, en gran parte resultado de la avalancha de informaciones relativas a la salud que cada día reciben. “Llega el invierno, vacúnese contra la gripe; se siente cansado, tome vitaminas; tiene inapetencia sexual, con nuestro fármaco se lo solucionaremos".

La calvicie, la menopausia masculina, el cansancio, la menstruación, la timidez, todo es susceptible de ser enfermedad con el nombre adecuado y las técnicas de venta adecuadas. En la era de la obsesión por medicarse la cosa está llegando al extremo de muchos pacientes que salen de las consultas sintiéndose estafados cuando los médicos no les han recetado nada.

Lejos queda aquel galeno holandés, con un impronunciable nombre holandés (salvo para los holandeses), Hermann Boerhaave, que legó al morir un libro lacrado con el sugerente título de "Los secretos más exclusivos y más profundos del Arte Médico".

El libro, sellado aún, fue vendido en pública subasta por el precio de 20.000 dólares de oro, una fortuna para la época (alrededor del 1700). Cuando el nuevo propietario rompió el sello y abrió sus páginas, se encontró con el libro totalmente en blanco, salvo la página del título en la que se podía leer una nota al pie manuscrita por el autor y que decía:

"Conserve la cabeza fresca, los pies calientes, y hará empobrecer al mejor médico del mundo".

... el mal fario del 21

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1219. Lunes, 28 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimonoveno: "La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo. (Gustavo Adolfo Bécquer, 1836-1870, poeta español)

Creo haber escrito en alguna ocasión que el verano es una temporada nefasta para los tristes, los solitarios, los abandonados. La soledad se manifiesta en sus formas más atroces cuando se produce en medio del alborozo general. No sólo el mundo ha decidido divertirse, es que, además los medios de comunicación se masas fomentan el mito de la diversión en sus aspectos más desmadrados y con las “atractivas” formas de un colorido arrollador (para mí resultan coloridos simplemente horteras, pero la multitud los acepta como excitantes). Asimismo, los ruidos pasan de ser incómodos a estimulantes. Y hay quien se empeña en convertir los agobios del calor en un afrodisíaco.

Abrir una revista o un suplemento de verano en esta época es un insulto para los solitarios como lo es para los feos: los medios se han empeñado en llenarnos los ojos a base de cuerpos gloriosos. Triste comparación para quien sufre dentro de un físico que no le gusta. Los bacantes del verano nunca sabrán el daño que hacen. ¿Por qué iban a saberlo, además? Su obligación es aturdirse en el bullicio y tender todas las trampas posibles a esa trampa fenomenal que el tedio.

Curiosamente, el solitario, el abandonado, no tiene siquiera la posibilidad de experimentarlo. Bastante tiene con lo suyo, que es más profundo. Del aburrimiento nos salva un buen libro, una película, aunque sea idiota, una conversación con amigos. De la tristeza también puede salvarnos alguna leve distracción, de la soledad, ni Dios.

Malos tiempos los del estío para los forzosos solitarios.

... ratones en movimiento

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1218. Jueves, 24 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimonoveno: "Es difícil crear ideas y fácil crear palabras; de ahí el éxito de los filósofos". (André Maurois, 1885-1967; novelista y ensayista francés)

Corre por internet un viejo chiste en el que, con una cierta lógica, se explica el significado de las protuberancias que todos tenemos en la punta de los senos: es Braille y significa “chupe aquí”. Pues bien, aunque pocos son consientes de ello, quien más y quien menos toca, soba y hasta magrea unos cuantos pezones propios o ajenos varias veces al día. Y la mayoría lo hace a diestro y siniestro y sin el menor recato.

Los pezones son, entre otras muchas acepciones y según la R.A.E. -que son los que saben más de estas cosas-, los asideros de las bolsas.

Es decir, que cada vez que bajas la basura o vas al carrefour y te traes unas cuantas a casa resulta que estas agarrando, sin el menor pudor y con el máximo descaro, un par (o más) de pezones en cada mano. Pues que bien.

Por cierto, y ya que estoy con tan exótico asunto ¿es alguna extraña idea mía o cada vez es más frecuente que los maniquíes tengan pezones? En su acepción más común, digo.

Hasta el lunes.


... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana

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1217. Miércoles, 23 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimoséptimo: "¿Te acuerdas cuando éramos pequeños y viajábamos en autobús al colegio? Yo sacaba el culo por la ventana y tú la cabeza, y todos creían que éramos gemelos", (Alberto F., 32 años, en paro)

Si la “actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres” se denomina machismo, y quien la ejerce, machista; ¿cómo se llama la actitud de prepotencia de las mujeres con respecto a los varones?

¿Feminismo?

Y las mujeres que la ejercen... ¿feministas?

En ningún momento afirmo, sólo pregunto.

Y hablando de mujeres, no es que particularmente me importe lo más mínimo, pero ya que una de ellas (en un arriesgado gesto que podría costarle muy caro), se ha atrevido a romper el infranqueable muro de silencio que rodea a las acciones propias del sexo femenino, qué menos que compartir como se merece tan estremecedor testimonio. Por fin, una de ellas se atreve a contar las verdaderas razones por las que las mujeres tardan tanto en mear. Un pequeño paso las féminas, un gran paso para la lógica.
"Mi mamá era una fanática de los baños públicos. De chiquita me llevaba al baño, me enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.
Finalmente me instruía: "Nunca, nunca te sientes en un baño publico" Y luego me mostraba "la posición" que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. Eso fue hace mucho tiempo. Pero aun hoy en nuestros años más maduros, "la posición" es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está que revienta.
Cuando "tienes que ir" a un baño publico, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que los calzones de Brad Pitt están a la venta y a mitad de precio. Así que esperas pacientemente y sonríes amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando las piernas.
Finalmente te toca tu turno. Verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa...
Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa que te colgaste al cuello, porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste tirando adentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso -.
Pero volviendo a la puerta... como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas "la posición"... Alivio...... AAhhhhhh..... Mas alivio... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar....
Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, así que te quedas en "la posición" mientras tus piernas tiemblan tan fuerte que registrarían 8 en la escala de Richter, sin contar la salpicada finiiiiiita del chorro se que pega en la loza y que¡¡¡te moja hasta las medias!!! ¡¡¡que seguramente se va a notar!!!
Para alejar tu mente de esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico, peroooo, joooooder...! el rollo esta vacío...!. Tus piernas tiemblan cada vez más. Recuerdas el pedacito de papel con el que te limpiaste hace un rato la nariz. Eso tendrá que ser suficiente. Lo arrugas de la manera mas esponjada posible. Pero es más pequeño que la uña de tu dedo y encima todavía esta mojado de moco...
En eso, alguien empuja la puerta de tu baño y como el cerrojo no funciona recibes tremendo viandazo en la cabeza. Les gritas caliente:
¡¡¡ OCUPADOOOO !!!", mientras continúas empujado la puerta con tu mano libre y el pedacito de kleenex que tenías en la mano se te cae exactamente en un charquito que hay en el suelo y no estás segura si es agua o meao.... y te vas de espalda y te caes sentada en el inodoro.
Te levantas rápidamente, pero ya es demasiado tarde, tu culo ya entró en contacto con todos los gérmenes y formas de vida del asiento porque TU nunca lo cubriste con papel higiénico, que de todos modos no había, aún cuando hubieras tenido tiempo de hacerlo.
Sin contar el golpe en la cabeza, el desnuque con la correa del bolso, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, la que te conté, que todavía esta mojada... el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima de ti, si supiera; porque su culo nunca toco el asiento de un baño publico, porque francamente, "tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí".
Pero la debacle no termina ahí... ahora el sensor automático del baño está tan confundido que suelta el agua como si fuera una fuente y manda todo al colector con tal fuerza que te tienes que agarrar del tubo que sostiene el papel de baño (cuando hay) por miedo a que te vaya a chupar y vayas a aparecer en la China.
Aquí es cuando finalmente te rindes. Estás empapada por el agua que salió del baño como fuente. Estás exhausta. Tratas de limpiarte con un celofán de uno chicles Adams; luego sales inconspicuamente al lavamanos. No sabes cómo funcionan con los sensores automáticos así que te limpias las manos con saliva, te las secas con una toalla de papel y sales pasando junto a la línea de mujeres que aun están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente.
Un alma caritativa al final de la línea te dice que vas arrastrando un trozo de papel higiénico (pegado a tu zapato) ¡¡ del largo del río Mississippi...!!...Arrancas el papel del zapato, lo depositas rudamente en la mano del alma caritativa que te dijo que lo traías pegado y le dices suavemente: ¡¡¡ Toma... puedes necesitarlo...!!!" y sales.
En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba. "¿Por qué tardaste tanto?" te pregunta azorado. Aquí es cuando le das una patada en los huevos y lo mandas a tomar por el culo."
... cinco kilos, un litro

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1216. Martes, 22 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimosexto: “¿Por qué si nunca usamos las páginas amarillas, cuando las vemos en el portal nos ponemos tan contentos y pensamos en llevárnoslas todas?” (Susana Elena Gómez, 34 años, locutora de radio)

En un mercado tan competitivo como en el que nos encontramos –completamente alejado de “el buen paño en el arca se vende”- se empieza a hacer imprescindible poseer unos mínimos conocimientos de marketing para así poder ofrecernos acompañados de algún valor añadido que sea demandado por el mercado y nos pueda diferenciar de la competencia. Que todos sabemos lo complicado que está ligar.

Por eso, hoy en “tantos hombres y tan poco tiempo” vamos a intentar explicar de una manera completamente práctica, algunos de los conceptos básicos que, utilizados convenientemente, sentarán las bases de nuestro triunfo ya que conseguirán que sobresalgamos de la competencia y –lo que no es menos importante- delimitemos convenientemente el perfil del cliente al que deseemos dirigirnos.

Estás en una fiesta y ves a una camiseta tres tallas menos rellena de tío. Te acercas a él y le dices: "soy muy bueno en la cama". Eso es marketing directo.

Estás en una fiesta con un grupo de amigos y ves otra vez al tío que va dentro de la camiseta tres tallas menos. Uno de tus amigos se le acerca y le dice: "oye perdona, pero allí mi colega es muy bueno en la cama”. Eso es publicidad.

Estás en una fiesta y aunque la camiseta es distinta el tío que va dentro es el mismo, te acercas, le pides su número de móvil. Al día siguiente lo llamas y le dices: "soy muy bueno en la cama". Eso es telemarketing.

Estás en una fiesta y ves al mismo de las otras fiestas aunque esta vez sin camiseta. Lo reconoces. Te acercas a él, le refrescas la memoria y le dices: "¿te acuerdas de lo bueno que soy en la cama?". Eso es customer relationship management.

Estás es una fiesta y entra otra vez él. Te levantas, te arreglas la ropa, te acercas a él y le sirves una copa. Le dices lo bien que huele, le dices lo bien que le quedaba la camiseta que no lleva, le ofreces un cigarro y le dices: "soy muy bueno en la cama". Eso es public relations.

Estás en una fiesta y ¡sorpresa! también está él. Como ya es casi de la familia te acercas y le dices: "soy muy bueno en la cama” mientras disimuladamente dejas caer algo al suelo y, dándole la espalda, te agachas a recogerlo. Eso es la exposición del producto en el sitio de venta: el merchandising.

Estás es una fiesta harto de ver al mismo de todas las fiestas. Disimulas pero él te ha visto, se acerca a ti y te dice: "he oído que eres muy bueno en la cama". Eso es el poder de la marca: Branding.

Estás en la última fiesta de la noche dormitando en un sillón y rezando para que el tío de la camiseta tres tallas menos que ya no llevaba camiseta se hubiera ido ya a su casa so pena de quedarse sin jugar a la wii tres semanas por llegar tarde, cuando el susodicho se acerca a traición y te dice: "soy muy bueno en la cama y aguanto toda la noche sin parar". Pues eso es publicidad engañosa.



... tener agallas

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1215. Lunes, 21 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimoquinto: “Si no he vuelto en 5 minutos... ¡esperen un poco más!" (Jim Carrey en Ace Ventura, Tom Shadyac; 1994)

Casi todos sabemos que el Everest, en el Himalaya, es la montaña más alta del mundo, pero pocos saben cuál es la segunda. Casi todos sabemos que Neil Armstrong fue el primer astronauta que pisó la luna, pero muy pocos saben quién fue el segundo en hacerlo. Casi todos (al menos los que por tener unos añitos de más “la eso” siempre ha sido un pronombre demostrativo con el artículo cambiado) sabemos que Charles Lindbergh fue el primer piloto que cruzó en solitario el Atlántico norte, pero casi nadie conoce el nombre de la segunda persona que lo hizo. Casi todos somos capaces de decir el nombre de la primera persona con la que copulamos (copular parece ser la única palabra libre –por ahora- de los filtros capablogs), pero muy pocos recuerdan el nombre de la segunda con la que lo hicieron.

Pues la segunda montaña más alta del planeta es el K2 en el Karakorum (Pakistan), una montaña sagrada para los pueblos que la habitan; el segundo hombre en pisar la luna fue Buzz Aldrin, que realizó un paseo notablemente más largo que su compañero y fue el encargado de traerse una buena muestra de rocas lunares que sirvieron para desarrollar un puñado de inventos que hoy nos resultan imprescindibles. La segunda persona en cruzar el Atlántico norte en solitario fue Bert Hinkler, que por cierto tardó mucho menos tiempo consumiendo bastante menos combustible que su antecesor.

Y la segunda vez siempre es mucho mejor.

Por cierto, soy el segundo de mis hermanos.



... pizzas

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1214. Viernes, 18 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimocuarto: “En el bufé de la vida uno no puede repetir, por eso hay que llenarse la copa hasta el borde y guardarse unos panecillos en el bolsillo". (John Goodman en Los Picapiedra, de Brian Levant; 1994)

¿Será una simple casualidad que en latín falo se diga fascinum, palabra de la que deriva el verbo fascinar y el adjetivo fascinante, que literalmente quiere decir "agradable a la vista como un buen cipote tieso?

A saber.

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1213. Jueves, 17 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo decimotercero: " Los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas, y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan las medidas de censura, está expuesto al furor popular" (Umberto Eco, 1932; escritor y filósofo italiano)

Uno de los dilemas más habituales a los que tiene que enfrentarse un ser humano es decidir si enciende la luz -o no- cuando, en mitad del mejor de sus sueños, no le queda más remedio que levantarse a mear. Y es que como dice en versión libre aquella vieja canción de mi idolatrada Mina, cuando la vejiga aprieta es que aprieta de verdad. O algo así.

El primer impulso es, lógicamente, encenderla. La experiencia es un grado y quien más y quien menos ha probado esa vital experiencia que supone el dedo meñique del pie descalzo tropezando con cuantos salientes existen en el camino. Pero luego uno reflexiona y piensa que lo único que conseguirá encendiéndola es alterar el reloj biológico y no volver a dormir en lo que queda de noche.

El dilema es peliagudo y así tomar una decisión resulta casi imposible.

Sin embargo (la necesidad aguza el ingenio), yal cabo del tiempo cada uno termina desarrollando su propio método; desde quien sí la enciende y es capaz de guiarse por ella sin abrir los ojos, hasta el que, presumiendo de conocer cada rincón de su casa con los ojos cerrados, prefiere andar a oscuras a riesgo de acabar meando cada noche en la bañera.

Dado que el problema afecta a un elevado número de personas de toda clase y circunstancia eminentes científicos se han lanzado a buscar una posible solución. Uno de los grupos más activos en el tema acaba de publicar en una prestigiosa revista científica lo que podría ser un primer avance. Se trata de lo que han denominado “disparo fantasma”, un complicado método basado en incomprensibles ecuaciones matemáticas y enredados cálculos de física cuántica (en los que no faltan varios de esos logaritmos neperianos que tan bien me va a explicar Beni cuando comamos torrijas) del que puedo ofrecer -en exclusiva- un pequeño extracto conseguido después de muchas horas de estudio y dedicación y no sólo por su enmarañado contenido , que también, sino por haber tenido que traducirlo directamente del Sórabo, su idioma original.

“Sin dejar de mirar en ningún momento en dirección a la taza, enciende y apaga la luz rápidamente. Durante algunos segundos, tendrás una imagen fantasma de la diana. Ajusta y dispara, evitado mover los ojos para no desplazar la imagen. El golpe de luz satura algunos “conos” presentes en los ojos. Al volver la oscuridad, los conos siguen reaccionando, reproduciendo durante un instante la imagen percibida."

Y aunque visto así el sistema no resulta malo, al leerlo se me ha ocurrido a mi pensar que posiblemente exista otra solución. Claro, que si hay gente que está dedicando toda su vida a investigar el problema no voy a ser yo el típico presuntuoso de mierda que va de listillo dedicándose a tirar por tierra las conclusiones de sabios tan principales. Por más que piense que para mear a oscuras lo más practico es mear sentado.

... el fútbol en miniatura

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1212. Miércoles, 16 julio, 2008

Capítulo Milésimo ducentésimo duodécimo: “Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas”. (Elbert Hubbard, 1856-1915; ensayista estadounidense”

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas. Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.

Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas.



... el futbolín

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Martes, 15 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 20.
"Hay gente que piensa con el culo, y cuando se le ocurre una idea la peste que se arma es muy grande. Basta ver cómo va la vida. Somos finise-culares por analidad cronológica -o por asnalidad- porque nos tocó en la orden del día, por agenda, pero no por pensamiento. El pensamiento de fin de siglo es de una fetidez a huevo clueco que da pavor. Consumimos el amor, la amistad, la vida, la muerte, con la misma irresponsabilidad con la que devoramos solitarios, de pie frente al refrigerador, una comida gélida pasada de fecha. Luego digerimos mal, la cena podrida se nos va al cerebro, y lo demás a los intestinos, es decir, las ideas sobre el amor, la amistad, la vida, la muerte van directo y sin escala a los pliegues traseros... Y ahí se evacua la mala digestión de la sabiduría de la vida. En fin, lo que los griegos, tan antiguos y tan graciositos ellos, llamaron filosofía. Los griegos decían que cuando estornudaban se les escapaban las ideas. Hoy las ideas huyen por el cornetín intestinal. Nos pasamos los días cagando pensamiento y cagando al pensamiento. Yo le echo la culpa al poder. Cualquier poder.

En mi opinión, el sustantivo poder, ese señor tan abstracto él, sentado lo mismo detrás de la taquilla del metro que no le sale de sus inmutables cojones contestar a tu pregunta de aterrorizado extranjero, como el despiadado ministro, o el hijoeputa jefe de Estado, de cualquier estado, sobándose sus huevitos por lo del aquello de su peso en oro; ese en fin, poder sustantivado, es lo que provoca que se cogite en diarreas grumosas, o en vómitos biliosos. La última plaga de cólera que hubo, a mi entender, es debido a los afanes de poder de cierta gentuza. Y todavía, de esta parte del planeta, la mierda que comemos se puede confundir con la mierda que pensamos, porque en otros sitios, léase África, unas cuantas zonas de América Latina, una islita del Caribe, y hasta el cuarto mundo europeo, el cólera se manifestó en eructos y peos. Nada que comer, nada que pensar. Pero el hedor es el mismo. Porque la boca y el esfínter están estrechamente ligados. Por la boca muere el pez y Oscar Wilde, a la moraleja le faltó añadir que por el culo también, puesto que el inmenso escritor era dado a estos menesteres. Los del buen pensar, ¡ay, no sean malpensados!

En cualquier momento le saldrán almorranas a nuestro cerebro y defecaremos materia gris. No lo dudo cuando me entero de unas cuantas leyes de inmigración, cuando leo en listas negras nombres de ciudadanos sensatos, convertidos de la noche a la mañana en apestados. Faltaría más, y la quema de libros (lógicamente después de que sus verdugos los han leído a hurtadillas, disfrutándolos hasta botarse la más excelsa paja mental, digo, o de tirarse una deliciosa trompetilla en forma de siete).

Pero existe el verbo poder. Lo olvidamos con frecuencia por el poco uso técnico. O por el excesivo derroche verborreico conjugado en futuro. Todo el mundo cree que podrá en el porvenir hacer algo, cambiar las cosas, o a sí mismo. Y hay quienes de verdad pueden. ¡Qué casualidad, siempre son los poderosos los que pueden tirarse el peo más alto que el culo! Es decir, pensar y hacer de inmediato. Ejemplo: "Por mis cojones considero que tal persona es una mierda". Dicho y hecho. Ya eres una mierda ilustre, sólo porque el poderoso lo ha pensado. Y otra vez nos invaden los efluvios a letrina. Perdonen la insistencia en los testículos, pero para nadie es un secreto que con los ovarios se cuenta muy poco.

Creo que debiéramos reflexionar más en el verbo que en el sustantivo, a ver si inundamos el mundo de olores, a ver si el cerebro vuelve de nuevo a transformarse en un jardín, y las ideas afloran de él, y no se nos van al ojete. Los franceses, tan adelantados, por si acaso, se demoraron en instalar retretes americanos. Total, si sus reyes cagaban detrás de las cortinas, por algo era. Para poder pensar hay que saber elegir dónde esconderse. "

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Lunes, 14 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 19.
" Al volante y en las playas, y quizá también en juegos como el póquer, es donde el ser humano muestra su verdadero rostro. Y una de las facciones predominantes de ese rostro -una especie de nariz- es la confianza en sí mismo o la ausencia de.

La confianza en uno mismo es como el embarazo. O se tiene o no se tiene. No hay medias tintas, ni graduaciones. Y una metódica observación a lo largo de muchos años, lleva a un número de conclusiones:

A. Los ricos tienen más confianza en sí mismos que los pobres. A los ricos, por ejemplo, no les importa nada que los tomen por pobres en un momento dado, mientras que los pobres se pasan la vida haciendo esfuerzos por no parecerlo y desde luego les horroriza que se les tache de. (Excepto si se trata de cobrar una indemnización o una subvención).

B. Los hombres tienen más confianza en sí mismos que las mujeres.

Ningún hombre concibe a priori que, habiéndose enamorado de una mujer, esa mujer no se sienta la más feliz del mundo o bien no esté también enamorada de él. (De hecho los hombres tienden a creer que todas las mujeres están, potencialmente, enamoradas de ellos).

Los hombres, cuando se ponen al volante de su coche, se sienten ricos y se comportan como tales. (O sea, A+B). No dudan un instante en que puedan cometer un error, o tomar una mala decisión. Siempre son los demás quienes cometen estos delitos. La confianza en sí mismos no es que crezca, es que se desborda:
-Pepe, te has saltado el semáforo en rojo -dice la mujer.
-Lo sé perfectamente, pero es que si freno, el memo que viene detrás se me incrusta en el maletero.
-Pepe, no puedes adelantar cuatro coches a la vez, hay una curva.
-No es mi culpa si el que va delante es un cagón y los demás son gilipollas. Puedo pasar perfectamente, sé lo que me hago.

En la playa, sucede igual:
-Pepe, en bañador se te nota la tripita que vas echando.
-¿Yo, tripita? Estoy en forma, el que tiene tripa es tu cuñado. Y tú, no sé como te atreves a llevar bañador, sinceramente.
-Pepe, siéntate en la hamaca, que me estás tapando el sol.
-Yo estoy donde tengo que estar, cámbiate tú de sitio.
-Pepe, ten cuidado al meterte, porque el agua está helada.
-¿Helada? Yo de pequeño me bañaba en invierno en los Picos de Europa.
-Pepe, ni se te ocurra llevar a los niños en el catamarán. No tienes ni idea de navegar.
-Cómo que no, naturalmente que sé navegar, no voy a saber yo. Lo que pasa es que el hijoputa del monitor quiere sacarme la pasta con leccioncitas de mierda.
-Pepe, no te metas con la zodiac en ese trozo, que parece que son algas pero pueden ser rocas.
-Sé perfectamente distinguir entre algas y rocas y puedo ir allí sin problemas. Como si fuera la primera vez que cojo una zodiac.
-Acabamos de embarrancar o como se diga.
-Es tu culpa, me distraes y me has quitado la concentración. "
Transmongoliano día 18: Pekín - Madrid

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Domingo, 13 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 18.
"Si la palabra genio no estuviera tan de rebajas que hasta la pija con más oseas por minuto describe a su instructor de esquí acuático con un "es genial", sería un adjetivo perfecto para hablar de Fernán Gómez. Lástima. Pues bien, en uno de sus hallazgos de sabiduría Fernán Gómez afirma que ya no hace teatro porque odia la idea de tener gente que le mire mientras trabaja. En cualquier otra profesión, sostiene, esto sería algo inadmisible. Desde que le escuché decir esto, cuando oigo a otros actores entonar el hipócrita tópico de que "se deben al público" pienso que rebajan su oficio al de funcionario de ventanilla en cualquier ministerio.

Desde hace meses triunfa en Broadway un musical bien particular, con más de 20 números cantados y una docena larga de actores. La particularidad reside en que desde su puesta en escena está prohibida la asistencia de público. Los actores representan dos funciones diarias para el vacío patio de butacas. Lo que podría parecer una excentricidad, si no una simple estupidez, ha resultado ser el montaje favorito de la crítica especializada, que tampoco ha visto la función, pero que alaba el gesto de no perseguir la comercialidad a cualquier precio. Bien es cierto que los actores viven de otros oficios que compaginan a duras penas y el empresario del teatro es rentista de familia, pero lo cierto es que ellos mismos han declarado a la prensa que se trata de su trabajo más conseguido, gracias a dejar de lado la presión del espectador presente y la responsabilidad de decepcionar. El único que parece lamentar esta actitud es el gris libretista, un tal Findelbaum, que aspiraba a un buen pellizco de su porcentaje de taquilla, pero como bien ha dicho un cronista neoyorquino todo sirve para frenar de una vez la dictadura del público.

Porque si echamos un vistazo a la historia no deja de llamar la atención cómo la importancia del público ha ido acrecentándose con los años. Hoy en día ya nadie duda de que el espectador es más importante que el espectáculo. De hecho, existen iniciativas de grupos vecinales que reclaman para un futuro no muy lejano que sean los actores los que paguen al público para que éste acuda a verlos. En cierto modo esto ya sucede con la televisión, donde la audiencia es la finalidad y el producto sólo esa cosa engorrosa que debe servir para atraerla.

Los creadores se preguntan desde hace tiempo si existe un éxito privado aparte del "éxito de público" que, como su propio nombre indica, es un éxito más de los espectadores que del propio espectáculo. Por supuesto que todos coinciden en señalar que un autor vive del público, pero sería más sincero reconocer que vive del dinero de su público, en realidad al público, así en abstracto, se la suda si no fuera por su generosa aportación en divisas. Gente seria se interroga sobre si el público da la felicidad o roba la libertad. Aprovechando que es agosto, dejo inconclusa esta dialéctica y paso de todo, les planteo sólo una seria cuestión: ¿todos los públicos son iguales?

Tan sólo dos aportaciones dejénme decir que geniales con permiso del pijerío. La de Ferran Adriá, cocinero de El Bulli, mago del paladar, que en el café inundado de su convesación maravillosa confesó: "Lo importante no es el plato cocinado, es que el que lo come esté a la altura. El artista no es el que inventa, es el que consume". Sabia receta. O la más antigua idea de Lichtenberg cuando escribió: "Un libro es un espejo. Si se asoma un mono no puede ver reflejado un apóstol. Carecemos de palabras para hablar de sabiduría con un estúpido. Ya es sabio quien entiende a un hombre sabio". Así que cuando nos reincorporemos a nuestro poco reconocido oficio de público sabremos sólo una cosa más: no somos inocentes. "
Transmongoliano día 17: Pekín

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Sábado, 12 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 17.
"Cada vez hay más gente que piensa que agosto sería, junto con diciembre, un mes a borrar del calendario. Se supone que, como en Navidad, en agosto hay que pasarlo bien obligatoriamente. Hay que movilizarse, cuanto más lejos mejor, huyendo del agobio de las grandes ciudades, los que viven en las grandes ciudades, claro. Parece como si el mar y las playas sólo los pusieran a disposición del público en agosto. Los llamados centros turísticos se abarrotan de masas que van -vamos- como rebaños por las mismas cañadas, topándonos unos con otros, a veces fatalmente.

Hay un pueblo en Granada que celebra el año viejo-nuevo a primeros de agosto. Todo se debe a que hace cinco años, el pueblo se quedó sin luz un 31 de diciembre y las autoridades locales decidieron pasar la fiesta de fin de año a una fecha posterior a convenir, y por razones misteriosas que poco importan se eligió agosto, quizá porque es cuando los del pueblo que viven en otro lugar pueden desplazarse a celebrar.

Doy fe de que algunos extranjeros que por allí asoman en esta época alucinan a cuadros cuando ven el pueblo dispuesto a cambiar de año en pleno agosto. Pero eso encaja perfectamente en su idea de que este país es raro e imposible de entender.

En cualquier caso, es un buen ejemplo a seguir, pero ampliando la idea. Que cada uno elija celebrar el rito fetichista de la Navidad, Año Nuevo y la ceremonia hedonista por excelencia que es el verano, cuando le venga en gana o crea conveniente. Se puede hacer a escala autonómica: Cataluña celebra la Navidad en mayo y el verano en septiembre, mientras que Andalucía lo hace a la inversa, y así. Hay gente que adora la Navidad y el Año Nuevo. Con este sistema tendría la oportunidad de celebrar no una sino seis o siete navidades al año. Menudo chollo, sobre todo para los comerciantes. Y los que detestamos la Navidad, que aunque muchos no lo crean también tenemos derecho a vivir, podemos ir esquivando estas fiestas y en cambio elegir tener cinco veranillos.

Algunos listos objetarán lo del clima. Pero eso no es ningún obstáculo, porque hace tiempo que ni nieva en Navidad ni hace calor en verano. La climatología por extraños motivos se está rebelando también contra las fiestas obligatorias y no pone de su parte absolutamente ningún elemento. En todo el hemisferio sur, están hartos de celebrar la Navidad con 40 grados a la sombra y no es óbice para que se decoren abetos y belenes con nieve artificial. Pero aún falta mucho para liberarse de esta dictadura de las fiestas obligatorias y de los movimientos migratorios compulsivos y masivos, que dejan a su paso, como antaño los vándalos o los hunos, desolación, decepción, toneladas de basura. Aunque va habiendo gente que se organiza a contracorriente e intenta veranear en junio o en septiembre y llevar durante sus vacaciones una vida digna, sin apreturas, con el sentimiento de que es una persona y no un borrego. Pero entonces se encuentra con todo en contra: los nativos están de mala leche porque ya no les pueden dar cualquier cosa de comer a cualquier precio, por ejemplo, ni vender el gato como liebre. Pero poco a poco, los optimistas pensamos que todo eso puede cambiar. De ilusión también se vive. "
Transmongoliano día 16: Pekín

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Viernes, 11 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 16.
" El mundo de la belleza se resquebraja. Primero fue Naomi Campbell, la novia de Joaquín Cortés. Se quejaba del racismo que le aplican en EEUU, donde se niegan a contratarla para anunciar productos de cosmética, so pretexto de que es negra. Lo que no dice Naomi, pero seguramente lo piensa, es que el racismo que aplican allí a los seres de otras razas, no se reduce a ese tipo de actividades comerciales o publicitarias. Si ella pensaba que por el simple hecho de ser famosa en el mundo entero y multimillonaria, los blancos se iban a olvidar de que era negra, ahora se ha caído del guindo. Los americanos -blancos, claro-, creen que cumplen con la norma para ser políticamente correctos, llamando a los negros african americans, o sea, americanos de origen africano, y después les siguen aplicando la segregación o la explotación. Más o menos según los americanos de origen africano sean más o menos ricos, más o menos cultos. Pero llega un punto en que los blancos marcan el límite, más allá del que los negros ya no pueden pasar.

La única manera de ser políticamente correcto es llamar a los negros negros, pero tratarlos con absoluta igualdad y reconocerles como ciudadanos de pleno derecho que son. Lo demás es puro eufemismo e hipocresía. La moraleja del cuento de Naomi es que no por mucho que seas famosa, rica y mujer perfecta o sea, modelo para las demás, se van a olvidar de que eres negra.

Pero hay más y no es en América sino en la vieja Europa. A la actriz y modelo francesa Emmanuelle Béart, la gran casa de moda y de cosméticos Christian Dior le ha roto el contrato que tenía con ella porque participó activamente en las manifestaciones callejeras contra la nueva ley francesa de inmigración, siendo incluso detenida por agitadora.

Se supone que las mujeres modelos perfectas no sólo no deben tener convicciones políticas o inquietudes sociales, sino lo que es peor, si las tienen no deben manifestarlas públicamente. La mujer perfecta ni siente ni padece. Sólo se muestra, lejana, bella y misteriosa. Es lo que se llama también el síndrome de las tres des: las mujeres deben ser discretas, distinguidas y distantes. Así es el ideal de la femineidad para los hombres y también para los que nos atiborran de productos. Y estúpidamente, muchas mujeres del mundo del espectáculo, de la moda o de la publicidad que tienen mucho que decir -o por lo menos tanto como la mayor parte de los hombres que no hacen más que decir chorradas- se callan porque estaría mal visto o no sería políticamente correcto o dejarían de ser modelos para las demás.

Se supone, entonces, que las opiniones, convicciones o creencias de todo tipo son cosas de mujeres de baja estofa, vulgares consumidoras. Las que imitan, las que compran sin freno, las que enferman a base de empastillarse y hacer toda clase de dietas estúpidas para parecerse a las bellezas ideales.Pero, afortunadamente, las bellezas ideales también tienen, al parecer, una cabeza sobre los hombros que les funciona y un corazón en el pecho silicónico que les late. Y eso, por mucho que les fastidie a los empresarios de moda o de cosméticos y a los tíos en general, es muy de agradecer."
Transmongoliano día 15: Pekín

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Jueves, 10 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 15.
"Lo pasé mal porque el hombre parecía sinceramente feliz de haberme encontrado en el tren mientras que yo necesitaba aprovechar el viaje para leer y dormitar un poco. Además, hasta el día siguiente no logré recordar quién diablos era. (Culpa suya, mencionó a un colega mío al que no tenía idea de que lo conociese en vez del lugar y circunstancia en que nos habíamos conocido él y yo). Creo que tuve que ponerme grosero para que no me arrastrase a tomar una cerveza y cuando alegué que no estaba sociable porque tenía muchos problemas insistió en que se los contase (es un tipo simpático, pero sólo habíamos hablado un par de veces antes y ya hace casi quince años). Pasé el resto del viaje agazapado sin levantarme siquiera para ir al lavabo.¿Necesitaría mi compañero de viaje leer un tratado de cortesía y buenas maneras? No creo. Bastaría con que comprendiese que no todo el mundo, ni siquiera yo que a veces padezco de incontinencia verbal, es tan extrovertido como él. En el límite, la cortesía no es más que una elemental capacidad de distinguir entre uno y el prójimo. Algo que no necesariamente lleva a amarle pero sí a no rascarse los cojones en los bolsillos de él, si me permiten esta ruda expresión. Todo lo que se haga en el terreno educativo, incluido el más tiernamente escolar, para hacer comprender que el otro no tiene necesariamente tus gustos y tus ritmos vitales, que la compañía debe sugerirse sin timidez ni inhibición pero no imponerse alborozadamente como si estuviésemos seguros de ser para el otro el premio de la Primitiva, es generar cortesía.

Y luego está todo aquello de la cortesía que remite a otro límite: aquel en que las normas de educación o buenas maneras no son más que un patrimonio de clase, un repertorio de pautas no siempre racionales ni refinadas destinado a excluir a quien no pertenece al grupo, una forma de aislar al que viene de abajo aunque sea inteligente, gentil o ingenioso. Son como una pareja de la guardia civil disfrazada de know how. Un conjunto arbitrario de prácticas codificado como tecnología estética de pretensión metafísica.Todavía recuerdo mi alivio el día en que me dijeron que los cubiertos se van usando simplemente por el orden de afuera adentro en que están dispuestos. Se trata de que hayas nacido donde se sabe eso o que hayas accedido al lugar donde te lo enseñan, es decir, has sido aceptado, cooptado aunque sólo sea como excéntrico. Lo de menos es la adecuación real del cubierto a la captura del alimento o la estética del conjunto formado por ambos. El truco consiste en que los excluidos crean realmente que hay una ciencia y una sabiduría de las buenas maneras. El examen de urbanidad y saber estar, en ese sentido, sólo lo superan quienes han copiado."
Transmongoliano día 14: Tren de Ulan Bator a Pekín (1317 Km.)

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Miércoles, 9 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 14.
" Todos los viernes se cruzaba con su prima y los dos disminuían el ritmo de su paso hasta llegar casi a pararse. Se preguntaban por sus respectivos padres y seguían adelante. Entonces, uno de los dos se volvía para preguntarle al otro alguna cosa: si había aprobado las matemáticas, cómo iban las clases de conducir, si iría a tal o cual concierto. Se contestaban sin dejar de andar y cuando ya era imposible oírse, ambos gritaban "ya hablaremos".

Después, volvían a encontrarse y era su saludo de nuevo protocolario y soso, pero de nuevo se alejaban diciéndose cosas a gritos a modo de sabrosas "notas a pie de conversación" de su insulsa conversación. Un día, él, ya lejos, le declaró su amor a gritos. Se casaron y hablaron poquísimo, excepto, por ejemplo, cuando él ya había subido al tren para un viaje de negocios y ella le había ido a despedir a la estación.

Este cuento que me permito ofrecerles está inspirado en una divertida observación de Josep Pla en su Quadern gris y quiere agradecer al espléndido prosista catalán, en este año conmemorativo, los buenos ratos pasados en mi preadolescencia leyendo sus crónicas de viaje en la revista Destino. Debió ser Pla, a juzgar por el libro de Cristina Badosa, hombre desaliñadísimo para las relaciones personales, quizás por su propia afición a una crónica humana casi entomológica. La observación a que hago referencia empieza así: "En este país tenemos una costumbre muy curiosa. Cuando nos encontramos, en la calle, dos personas, no tenemos apenas nada que decirnos. Pero una vez despedidos... Al final la distancia se hace tan larga que prácticamente es imposible oír nada". Es entonces cuando se gritan su intención de seguir hablando. "Y cuando nos volvemos a encontrar, no tenemos nada que decirnos".

"No es infrecuente que dos personas mantengan animada conversación cuando hay algun amigo o enemigo presente y no parezcan tener nada que decirse cuando se quedan solos"

Mi cuento es menos duro y pesimista que la reflexión de Pla. Claro que también es posible un cuento en que la chica diga que sí porque entienda que él le ha dicho otra cosa, por ejemplo si quiere que le preste al día siguiente el walkman, pero no sea capaz de rectificar porque todo el pueblo ha oído cómo aceptaba la proposición sentimental del galán.

Algunas relaciones sólo son posibles en presencia de terceros, quizás por miedo al compromiso. No es infrecuente que dos personas mantengan animada conversación o incluso complicidades muy evidentes cuando hay algún amigo o enemigo presente y no parezcan tener nada que decirse cuando se quedan solos. Se teme la aproximación física o el rechazo de la aproximación física. O se trata en ocasiones de amistades muy especializadas: ¿quién ha dicho que deba uno o una casarse con quien más coincide en materia de fútbol, filosofía o murmuración? En la divertida observación de Pla, que no sé si se refiere al Empordà Petit, a toda Cataluña o al conjunto español, la función alcahueta/carabina del tercero está ejercida precisamente por la distancia. Lean a Pla, el hombre que quiso contar también todo lo pequeño por si se acababa."

Transmongoliano día 13: Ulan Bator

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Martes, 8 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 13.
"Gabriel García Márquez la armó en México, proponiendo así de sopetón y de corrido que se suprima la ortografía, "terror del ser humano desde la cuna y se simplifique la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros".

Fiel a su carácter rebelde y anticonformista que le hace ser el escritor en lengua española más vivo y fascinante de todos, García Márquez dejó patidifusos a especialistas y académicos reunidos en Zacatecas, México, para celebrar el I Congreso Internacional de la Lengua, abogando por la supresión de las haches inútiles, las jes o las jotas intercambiables, los acentos escritos y las bes y las uves caprichosas.

Que la ortografía es el terror del ser humano desde que empieza a balbucear y le enseñan a pintar palotes es seguro. Desde temprana edad, los niños saben que pronunciar y escribir no tiene nada que ver con la lógica aplastante e incluso la razón.

- Mami, ¿güebo se escribe con ge o con jota?- pregunta un retoño que hace los deberes, a su progenitora.
- Huevo se escribe con hache, mi vida.
- ¿Pero la ache dónde va?
- Pues al principio, ¿dónde va a ir? Pones y nunca mejor dicho: hache, u, e, uve y o. Y eso es huevo.
- Mami, pero si empieza con hache no es güevo. Entonces es juevo. Como la güela que dice siempre que se ha jartao de comer, y jartao va con hache.

Gabriel García Márquez dejó patidifusos a especialistas y académicos reunidos en Zacatecas, abogando por la supresión de las haches inútiles, las jes o las jotas intercambiables y los acentos escritos y las bes y las uves caprichosas "

-Mira, cielito, la abuela, que por cierto se escribe con be, no se dice la agüela, se dice la avvvuela, a ver si se te mete en la cabeza, es una iñorante y dice que se ha jartao de comer porque una cosa es cómo se dicen las cosas y otra cómo se escriben. ¿Entiendes?
-No. Porque si la afuela dice que se ha jartao y es con hache, por qué jueves es con ge.
-Jueves no es con ge, es con jota.
-¿Por qué?
-Porque sí, porque los sabios han decidido que es así y punto.
-¿Y savio es con uve o con efe?
-Con be, con be de vurro, mi vida.
-¿Pero vurro no era con efe?
-¡Jesús! Me estás volviendo loca, ¿eh? A ver si llega tu pápa y te lo essplica de una fez, que yo ya me estoy liando.
-A ver lleva hache.
-No lleva hache, mi vida. Es otro haber, el haber de tener lleva hache, pero el a ver de mirar no lleva hache, joder.
-Y joder lleva hache.
-No hace falta que sepas cómo se escribe esa palabra. Así que lo dejamos, cómete lo que queda de jamón y a la cama.
-¿Y jamón se escribe con hache, como joder?
-Menos mal que has llegado, Manolo, que con este niño me va dar un jamacuco, de verdad -dice la madre viendo llegar a su marido.
-Que cohones pasa aquí, ¿cuál es el problema?
-Nada, pápa, que si cojones se escribe con hache o con gé."
Transmongoliano día 12: Ulan Bator

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Lunes, 7 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 12.
"Cada verano trae sus modas. Este año hay varias. Una de ellas es que los chicos lleven pareo enrollado en la cintura. La fiebre viene de Ibiza que es donde descansan todos los que no tienen nada que hacer durante el resto del año, lo que les permite pensar mucho.

El pareo es una prenda que se inventaron las señoras con pistoleras abundantes y se usaba mayormente para ir de la playa al chiringuito. En la época del bikini se llevaba anudado bajo los sobacos, de manera que al sentarse a comer, no se desparramaran a la vista los estómagos y las barrigas. El problema del pareo es que sólo favorece a las que están bien hechas y no tienen mollas, o sea a las que no necesitan pareo.

Con los hombres sucede lo mismo: que a los altos y flacos les sienta muy bien y a los rechonchos y barrigones, el pareo les hace parecer reos que van a la ducha en cárceles de alta seguridad. Pero a los guapos y molones les sienta estupendamente. Sobre todo porque se lo atan de tal manera que nadie sabe si llevan el bañador debajo o no. (Una ambigüedad que nunca se planteó con las chicas).

El pareo es una prenda que se inventaron las señoras con pistoleras abundantes y se usaba para ir de la playa al chiringuito. El problema es que sólo favorece a las que están bien hechas.

-Yo creo que ése no lleva nada debajo del pareo -le dice a su amiga una chica dando cuenta en el chiringuito de una ración de boquerones.
-Pues si no lleva nada debajo, es un guarro.
-Puede que sea un guarro, pero está de muerte de bueno.
-Si lleva pareo, es que es maricón -comenta desde su envidia verdosa el hermano de una de las chicas.
-De eso nada. Los maricones llevan slips bien apretaditos.
-Entonces es que la tiene tan pequeña que da igual que vaya vestido de torero -insiste el hermanito.
-Será gil, qué sabrás tú que eres un enano.
Marielizabeth, pregúntale si lleva algo debajo, que me muero de curiosidad.
-¿Yo? Qué corte, Marivanesa. Pregúntaselo tú.
-Es que igual piensa que me lo quiero tirar o algo.
-¿No dices que te gusta? Pues tíratelo y déjame en paz, Marivanesa, por Dios, qué pesada.

Pero al poco rato, la chica se acerca al chico y le dice:
-Oye, perdona que te pregunte ¿dónde has comprado ese pareo tan guay?
-Me lo ha regalado una amiga, ¿a que mola?
-Depende.
-¿Depende de qué?
-De si llevas algo debajo o no, sinceramente.
-Joer tía, debajo del pareo llevo una olla.
Transmongoliano día 11: Ulan Bator - Terelj.
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Domingo, 6 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 11.
"Un buen censor nace, no se hace. Todo el mundo lo sabe. En su propio parto le indica al médico el lugar exacto por donde debe cortar el cordón umbilical. De adulto decide la medida de la falda de su mujer y a la hora de hacer el amor si no es rápido y mal le resulta sospechoso; para pasarlo bien ya están las profesionales. No es raro oírle utilizar lo que los semánticos llaman el plural censor que consiste en decir "nos" molesta cuando algo "le" molesta y "nos" preocupa cuando algo le preocupa. Es decir, hablan en nombre de todos sin tener dotes de ventrílocuo.

De Torquemada a Goebbels, reprimidos y fascistas incapacitados para cualquier práctica artística han impuesto sus criterios estéticos por el simple hecho de carecer de ellos. Hoy en día, la Asociación de Censores Desempleados reclama mano dura para acabar con los desmanes, mientras afila su amargura. Pretenden hacernos creer que no hay censura. Y esa es su estrategia perfecta. Pero siguen ahí.

Los censores de hoy van disfrazados de demócratas de Armani con teléfono móvil. Parecen inofensivos porque sonríen y no van a misa pero están ahí. Nos escandalizamos porque un científico saca una oveja clónica de otra oveja y, sin embargo, no decimos nada de los que clonan a hombres para convertirlos en oveja, con éxito total, por cierto. La peor de las censuras pervive hoy bajo frases en apariencia inocentes como "lo que le gusta a la gente" o "lo que la gente pide". La gente es lo que el diccionario define como "conjunto de personas" por lo cual resulta imposible que todos tengan una misma opinión y un solo gusto. Habrá que meter mano al diccionario.

Los censores han escalado en el organigrama de los medios de comunicación y en vez de estar abajo están arriba. Conocen lo que le gusta a la gente y si algo les gusta se lo dan porque es su obligación. Y resulta que lo que le gusta a la gente no conozco a nadie que le guste, por lo que les digo: "nosotros, no somos la gente" y me siento desterrado en mi propio salón. Es más fácil dejarse convencer. Los censores deciden lo que me gusta y se lo agradezco porque me evitan el esfuerzo de elegir y a ellos se les evita el esfuerzo de censurar porque ya lo fabrican al gusto de todos que es la frase más fascista que puede oírse en nuestros días.

Los censores han decidido que me guste el morbo tonto, el fútbol en avalancha y la vida privada de la gente. Y han construido un país paralelo al real, tan gris, tan triste, y a ese paraíso se mudan hasta extranjeros que en su casa no se comen un colín y aquí viven al sol de las entrevistas pagadas y las exclusivas y se follan a nuestras tontas nacionales que deberían ser tan patrimonio protegido como las catedrales. En el país del famoseo y la gilipollez babeamos de gusto porque nos gusta, y nos lo fabrican a nuestro gusto. Gracias.

Me gustaría saber qué hay que estudiar para saber lo que le gusta a la gente y así escribiría hoy el artículo que le gusta a la gente. Porque debería estar prohibido hacer cosas que nos gustan a la gente, aunque a algunos les guste, pero esos no son la gente y lo que importa es la gente. Propongo nuevo himno nacional: Viva la gente. "
Transmongoliano día 10: Tren a Ulan Bator (1119 Km.)
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Sábado, 5 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 10.
" Soy de la primera generación de varones que ya no solía iniciarse sexualmente en el prostíbulo a veces llevado por el padre con ocasión de las fiestas patronales del pueblo. Quienes nos asomamos a los cincuenta debutamos chapucera pero tiernamente con las turistas o con nuestras compañeras de estudio progresistas. Lo cual significa que en poblaciones no turísticas o, si me presta Mendicutti la imagen, ideológicamente próximas a Atapuerca, hay que retrasar diez años de cronología. El burdel no forma, en general, parte de nuestra educación masculina y lo conocemos por las ingeniosas obras de Vizcaíno Casas y el cine de centro-derecha. De vez en cuando ojeo los anuncios de amor venal, como diría un antiguo, o de servicios eyaculatorios, como diría un sexólogo adscrito a la tolerancia mercantil.

Por supuesto, no se trata de prostitución, sino, por ejemplo, de "masajes, saunas, relax". De una forma excepcional aparece también "Relaciones entre particulares (lo que supongo excluye que acuda una corporación municipal), amistosas, liberales, diversas. Atención personalizada". Y por supuesto, abundan los casos en que no se trata de prostitutas sino de "seis amigas", "señoritas no profesionales" (lo que puede ser un problema, porque hoy en día no se puede ir sin preparación a ningún oficio, y, sea deplorable o no la prostitución, tampoco merece el cliente una noche toledana), "amas de casa", "universitarias", "ejecutivas". Incluso una de las ofertantes-ofertadas se anuncia como top-model de 18 años sin que se explique cómo una chica es ya top-model a los 18 años y además entre un pase en Nueva York y otro en París, tiene tiempo para acercarse a Valencia (en uno de cuyos periódicos se anuncia) para ganarse un sobresueldo. No debe ser top-model la, el o las que se anuncian por el contrario como 4.000. ¿Amas de casa, pesetas por servicio?

Siguen predominando las insistencias en volúmenes y cualidades sexuales agresivas: "cuerpazo", "uno ochenta", "105 sen". Lo cuantitativo se humaniza en un anuncio donde se describe a la dama como "rellenita". Alguna vez aparece "juguetona", "tímida", "complaciente" y más raramente "simpática". Ahora que, según dicen, ya no hay clases sociales, se piden y ofrecen señoritas "con clase", suponemos que pequeña burguesía arruinada o burguesía drogodependiente, a no ser que se refiera simplemente a saber utilizar los cubiertos y no decir "te voy a hacer un francés que te cagas". No se ofrece inteligencia: se ofrece si acaso el status, real o fingido, de la universitaria o la ejecutiva.

El presunto varón adquirente de los servicios de desahogo sexual es visto como un niño moderno, de esos que las aventis se las dan ya hechas. Así encontramos esta perla: "Estoy sola y sin mi marido. Te haré volar con mi masaje erótico... y lo que quieras. Ruego discreción". No indica si hay armario a disposición del cliente para el caso de que el marido regrese. De todas formas, la redacción es a veces disuasoria por pedante "lo verdaderamente exclusivo es inimitable", "indefinibles e irresistibles" o redundante "chicas jóvenes de 18 años", por ejemplo.

Esto es lo que ofrece como escape nuestra sociedad tolerante, reconvertida después de excesos liberadores, feministas, educativos. Previo pago, claro. Y no sólo para varones, ¿eh? sino también para mujeres que no tengan que hacer la cena, acostar a los niños, limpiar o supervisar la casa, dispongan de ingresos propios de uso libre y puedan fingir una reunión de trabajo. "
Transmongoliano día 9: Irkutsk - lago Baikal - Listvianka
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Viernes, 4 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 9.
"La ventaja de los llamados placeres es que suelen ser permanentes, refinados y serenos. Satisfacen sin estragar y apasionan sin soliviantar. Cultivar una huerta es una de esas joyas. Acabo de subir de la mía. Las judías verdes trepan enroscándose por los palos, ya se ven y se huelen los tomates, los guisantes van ya de capa caída, las alcachofas, con su aspecto salvaje protegen a los tiernos pimientos. En la huerta siempre hay algo que emerge y algo que declina. Soy un hortelano tradicional. Hago semilleros o siembro a golpes; repico y planto; cavo con azada y arroyo con legón. Un buen repertorio de refranes me indica las faenas. "Por San Pedro se saca el ajo y se pone el puerro". "Que me siembres en marzo, que me siembres en abril, hasta mayo no he de salir", dice la pizpireta patata. "Ajín, ¿por qué saliste ruín? Porque no me sembraste por San Martín". "Si siembras perejil en mayo, tendrás perejil para todo el año". Es cierto que a veces hay que interpretar laxamente los refranes. Por ejemplo, el que dice "Día de San Miguel, quita el agua a tu vergel", a veces no funciona, porque el 29 de septiembre, festividad del ángel, a veces en Madrid hace mucho calor. Pero los mismos refranes incluyen esta interpretación amplia, como indica uno de mis preferidos: "Por San Marcos el melonar, ni sembrado ni por sembrar. La vieja que lo decía, ya sembrado lo tenía".

Disfruto con el pausado ritmo de las estaciones. Las plantas tienen una serenidad de la que carecen los animales. Durante muchos años crié perros -fox terrier de pelo duro- y era un menester divertido pero un poco agitado. La huerta, en cambio, impone sosiego, fomenta la contemplación y exige saber esperar. Como dice la Biblia, hay un tiempo para cavar, y otro para sembrar, y otro para recoger. Añadiría: y otro para luchar contra el pulgón, y otro para ahuyentar a los tordos y que no se coman las cerezas, y otro para librarse de las plagas de oidios, royas y botritis. ¡Oh, perversa constancia de la arañuela roja, mi pesadilla¡ !Oh, fecundidad odiosa de la recién llegada mosquita blanca, incansable e inmortal! ¡No todo son mieles en la huerta, pero incluso las hieles se endulzan un poco en el espacio fantástico de arroyos y caballones, de plantas recién nacidas y de plantas ancianas!
Mi huerta no está sólo llena de refranes. Es una huerta poética. Colecciono poemas para la ocasión, y los leo mientras paseo para comprobar si el poeta ha acertado o ha mentido. Neruda acierta mucho. Sabe que "la alcachofa/de tierno corazón/se vistió de guerrero", y que "la col/se dedicó/a probarse faldas". La cebolla es "globo celeste, copa de platino,/baile inmóvil/de anémona nevada/y vive la fragancia de la tierra/en tu naturaleza cristalina". Del tomate, pequeño sol de la huerta, dice: "Verano/la luz/se parte/en dos/mitades/de tomate".

Tal vez mi poema predilecto venga de muy lejos, de Japón. Habla de un guerrero que tiene que marchar a la guerra y se despide amorosamente de su esposa: "He regado nuestras legumbres para ocho días, no he olvidado repicar los crisantemos. ¡Ahora tiembla y huye! Voy a adoptar la mirada espantosa con la que pienso salir al encuentro de nuestros enemigos". Me encantaría seguir recitándoles poemas hortícolas, pero estos días están revueltos y acaban de descargar una tormenta furiosa de agua y granizo. Tengo que bajar a la huerta para ver si ha sufrido algún daño. Esto es no parar... "
Transmongoliano día 8: Irkutsk, lago Baikal, Listvianka
... "historias extra-ordinarias" todos los días.

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Jueves, 3 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 8.
"¿Por qué todos los programas de televisión son iguales? Cuando un programa -generalmente copiado y/o fusilado de las teuves extranjeras- tiene cierto éxito de público, se multiplican por todas las cadenas copias clónicas.

Hubo la moda de reality-shows que vinieron acompañados de programas de medicina y cirugía en vivo y en directo. Cada cadena tenía su médico particular que nos abrumaba con los detalles de cómo se extirpa una hipófisis o cómo se implanta un pene. En los descansos nos echaban anuncios de filetes de pescado congelado y aspirina, lo que completaba muy bien el menú de la cena. Allí donde se producía un crimen múltiple, una violación salvaje, un suicidio aparatoso, un ajuste de cuentas, las teles estaban en primera línea, dirigidas por el presentador, interrogando a los testigos, enseñando manchas de sangre en las paredes, armas homicidas y tomando declaración a los familiares de las víctimas, haciendo de su capa un sayo y probablemente borrando pistas. Estos programas -todavía quedan algunos vigentes como Sucedió en Madrid, vulgarmente conocido por Suicidio en Madrid- estaban aderezados muy oportunamente por anuncios de tampax y compresas que mantienen a las usuarias "limpias", de sangre se entiende. (Si alguien piensa que estoy empezando a ponerme borde, es que no ve la tele).

Luego vino la avalancha del humor. Hacer reír a cualquier costo, ése era el reto. El culpable fue Chiquito de la Calzada que puso de moda los chistes en andaluz preferentemente de mariquitas. Todas las cadenas enloquecieron al mismo tiempo y no había programa sin graciosos famosos o anónimos que contaban chistes -con acento andaluz y de sarasas- sin cesar, horas y horas. Todo era siempre divertidísimo, tronchante, desopilante, desternillante y alucinantemente gracioso.

Ahora nos acribillan con programas de mujeres, para mujeres, por mujeres, con mujeres, sobre mujeres, patrocinados por esas grandes tetas que hay detrás de toda gran persona. ¿? Hay incluso programas idénticos, con los mismos anuncios, los mismos invitados y los mismos públicos. El personal, claro, alucina a cuadros.

- No sólo son iguales, es que hablan de lo mismo -le comenta una señora a su esposa que está con gripe-.
- Si los telediarios son todos prácticamente iguales, por qué no pueden ser iguales los programas. -Contesta el marido-.
- Los telediarios son las noticias. No tiene nada que ver. Yo podría decirte que todos los partidos de fútbol son iguales, podrían poner uno y repetirlo todo el rato, no te jode. Por cierto, tengo que confesarte algo.
- ¿Tienes un amante? ¿Has escoñado el coche? ¿Has envenenado a mi madre? ¿Lo has perdido todo en la Bolsa?
- Peor. No pude remediarlo y me hicieron hablar para la tele, qué pensamos los ciudadanos, ya sabes, sobre la financiación autonómica.
- Hostia, la he cagado. Era el único de la Peña que mantenía el récord de boca-cerrada con cero puntos. Me has hecho polvo. Para una vez que soy el primero en algo. Con vosotras no se puede contar nunca. "
Transmongoliano día 7: En tren hacia Irkutsk
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Miércoles, 2 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 7.
"Me siento culpable por hacer mis compras en un centro comercial ya que dicen que contribuyo a la desaparición de las pequeñas tiendas y a aumentar las cifras del paro en favor de cualquier multinacional de capital extranjero. Pero odio que un dependiente evalúe con su mirada mi intención de compra y me hace sentir como un gusano si después de haber perdido su tiempo conmigo, dudo a la hora de elegir algo. Pero lo peor es su política de devoluciones: las admiten, a cambio de que compre allí mismo otro artículo que tampoco me gusta demasiado o en los mejores casos me dan un bono para posponer la compra, cuando lo que de verdad deseo es no volver a poner mis pies en semejante lugar. Por eso adoro los centros comerciales: no creo que sean siempre más baratos ni que oferten mayor calidad, pero ante todo, valoro la libertad de elegir, de equivocarme y de rectificar. ¿No es cierto que el cliente tiene siempre la razón?

Está claro que la tienda de la esquina nunca podrá competir en precios con una gran superficie. De nada sirve que reivindiquemos románticamente el trato humano de las tiendas de antaño, al fin y al cabo el mercado es el que manda y no debemos olvidar que tanto la pequeña tienda como el hipermercado son negocios. Lo que van a necesitar las tiendas que quieran sobrevivir a la marea de las grandes superficies es imaginación y especialización. Desengañémonos: nadie va a pagar un 20% más por un kilo de arroz a cambio de recibir atención personalizada, sin embargo sí acudirá a la tienda cuando ésta le ofrezca un producto o servicio que requiera un conocimiento o dedicación que el centro comercial no pueda ofrecer."
Transmongoliano día 6: Salida hacia Irkutsk (3.369 Km)
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Martes, 1 julio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 6.
"El placer es lo más deseable, lo sublime. Se dice "¡qué placer!" cuando cualquier cosa te ha hecho feliz, un viaje, una fabada asturiana, un orgasmo apoteósico, pero casi todos los placeres tienen sus inconvenientes. Y es que a unos les afecta más que a otros: depende de la edad, la salud... En realidad, son pocos los que resisten al placer sin sufrir alguna grave consecuencia, e incluso la muerte. Parece exagerado, pero son innumerables los amantes que en el éxtasis del máximo placer se les para el corazón y pasan a mejor vida. ¿Mejor aún? Eso es morir con honra, mucho mejor que con las botas puestas.

"¡Fumar es un placer!", lo canta Sara Montiel, mientras se fuma un enorme puro sin disimulada voluptuosidad. Y es verdad. ¡Fumar es un placer! Pero según las más rigurosas estadísticas, el tabaco produce miles de muertos, dañando los pulmones y bronquios del universo mundo. Sobre todo en EEUU, donde a pesar de unas multas astronómicas, siguen fabricándolo y publicitándolo, casi siempre con un vaquero y su lazo.
Es curioso cómo en los pueblos más escondidos de España, y donde la población es casi centenaria, los viejos no paran de fumar, fuman y tosen, juegan al tute, se sientan en los bancos helados de la plaza y en "un día como tantos", supongo que morirán con placer.

¡El placer de viajar! Pero vamos a ver, ¿viajar hoy? Caos en Barajas, retraso de los vuelos, los riesgos de los viajes trasatlánticos -a veces también en los nacionales-. ¿Y los fines de semana y los puentes? Cada año más desgracias en las carreteras, muertes y heridos, que de éstos ignoramos su suerte. Atascos, sueño, la siempre denostada suegra y los niños revoltosos, etc. Y luego, si llegas a tu punto de destino o vacaciones, las playas abarrotadas, que recuerdan los campos de concentración. Todos con radios, sombrerazos, sombrillas, cremas, potingues y salvo el cuerpo juncal de alguna jovencita, barrigas escandalosas, que pasean sin complejos y con la pretensión de ligar. Lo más que reciben, es un pelotazo de algunos chiquillos que juegan al fútbol playa.

¡Ah, la montaña! Aburrimiento de pinos y de abetos, parafernalia en invierno, de la nieve, piernas escayoladas, y en verano cuestas imposibles, envidia al ver cómo los jóvenes las escalan, con macutos donde llevan hasta el ordenador. Las moscas borriqueras... ¿de dónde salen, si ya sólo hay borricos en Rute, precioso pueblo de exquisito anís?

¡El placer de comer!, ya lo dije: o haces dieta, o lo que te gusta te sienta fatal, diarreas, vómitos...

Y ustedes dirán: "Usted es un amargado, todo le parece mal". Y aunque reconozco que el placer existe y que se canta, se busca, se obtiene, lo que no soporto es que tras gozar con tu pareja, le digas o te digan, esa cursilería de: "Amor, ¿has sentido placer?".

Creo sinceramente, que, aparte de éste de copular y el de comer y dormir -un placer que no hace daño-, si tengo que elegir un verdadero placer, me decido por el de leer. Si no te gusta el libro, lo cierras y a leer otro. Y escribir, escribir también es un placer, aunque sea tan mal como yo escribo. "
Transmongoliano día 5: Ekaterimburgo.
... "historias extra-ordinarias" todos los días.

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