Jueves, 26 junio, 2008

Pequeña selección de textos ajenos para saborear este verano. 1.
"Si por los calcetines fuera, todos seríamos cojos. Es su rencor por tenerlos siempre a nuestros pies. Los calcetines y los pies se llevan mal desde siempre, acaban el día pegados, y sienten un placer mutuo al separase por la noche, una vez libres del yugo del calzado. Así como los pies tienden a permanecer unidos de por vidas, salvo accidente, los calcetines son muy propensos a separarse. No hay gemelos que se lleven peor que los calcetines y más ahora, cuando, por inseminación del mercado, llegan en parto múltiple de cuatro en cuatro o de seis en seis.

Hay un calcetín que siempre tarda en aparecer y eso ya le ocurría incluso a personas metódicas que metían cada calcetín en su zapato con vistas a su reutilización. Una vez van a dar al cesto de la ropa sucia o al bombo de la lavadora, los calcetines, como las paralelas, sólo se juntan en el infinito, nunca antes. En la experiencia “spa” del lavado, los calcetines se separan; en el gozo del aclarado se distancian; en la carrera loca del centrifugado sigue cada uno su camino y al final, cada uno acaba tendido al sol separado del otro, salvo ese calcetín accidentado que pierde pie y cae al vacío y ese otro suicida que se defenestra porque no aguanta más la presión de la pinza.

La venganza por la dura vida que se hace llevar a los calcetines llega en esa hora acumulada al trabajo y arrancada al descanso en que hay que emparejarlos de nuevo, distinguiéndolos por sus elásticos, por sus remates, por sus tomates, por su algodón, por su lana, su lycra, su estampado, su talla, en una de las tareas más estúpidas y pelmazas que se conocen. Hay quien los anudan para lavarlos juntos, pero eso ya es sadismo guantanamero."

... "historias extra-ordinarias" todos los días.

Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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