1119. Viernes, 1 febrero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimonoveno: “El que reclama igualdad de oportunidades acaba exigiendo que se penalice al bien dotado”. (Randall Stuart Newman, 1943; compositor y cantante estadounidense)

Trabajar para el Estado -en alguna de sus múltiples versiones- es lo que tiene. Salvo que aspires a ser subsecretario de algo puedes ir vestido como te dé la real gana. Cada mes y tres días hay una moda nueva. Esta semana es que los tíos lleven chaleco. La idea viene del siempre efervescente (fina manera de decir tocapelotas) departamento de recursos humanos que es donde descansan todos los que no tienen nada que hacer, lo que les permite pensar mucho.

El chaleco es una prenda que se inventaron los señores con abdomen abundante y que usaban mayormente para que al sentarse a comer no se desparramaran mucho sus estómagos y sus barrigas. El problema del chaleco es que sólo favorece a los que están bien hechos y no tienen mollas, o sea a los que no necesitan chaleco.
- Yo creo que ése debería de venir desnudo a trabajar, le dice Mariasun a su compañera de mesa mientras la porra se chupa todo el café.

- No seas guarra Loli, que siempre estás con lo mismo.

- Seré guarra, pero el tío está para hacerle un traje de saliva.

-Si lleva chaleco, es que es maricón – interrumpe Mariapatriciavanesa arrastrando una silla para colocarse en medio de la tertulia y tomar las riendas de la conversación.

-De eso nada. Los maricones van marcando paquete y éste va de tergal.

-Entonces es que la tiene pequeña- sentencia Mariapatriciavanesa mientras recoge de su blusa las migas de la palmera de chocolate que se acaba de meter entre pecho y espalda.

-Serás gili, qué sabrás tú que las únicas que has vito son las que salen en la páginas de la internet.

- Loli, pregúntale si lleva calzoncillos cortos o largos, que me muero de curiosidad.

-¿Yo? Qué corte, Mariasun. Pregúntaselo tú.

- Es que igual piensa que me lo quiero tirar o algo.

-¿No dices que te gusta? Pues tíratelo y déjame en paz, por Dios, qué pesada.
Parece que la igualdad entre hombre y mujeres se empieza a notar en el mundo real. De una forma sutil todavía, pero ya se empieza a notar. Trabajar para el Estado -en alguna de sus múltiples versiones- es lo que tiene. Hasta el lunes.

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