942. Viernes, 23 marzo, 2007

Capítulo Noningentésimo cuadragésimo segundo: ""El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza". (André Maurois, 1885-1967, novelista y ensayista francés)

Puede sonar a ciencia ficción, a frase hecha, o -peor- al capítulo principal de algún libro humorístico (de "autoayuda" creo que los llaman). Sin embargo todos los datos lo confirman: cuanto más, mejor.

Y hablo de la edad.

Hace poco se publicó una encuesta realizada entre mujeres inglesas (y que sean inglesas ya es por si mismo un factor que bajaría el porcentaje) de más de cuarenta años cuyos resultados eran reveladores: un 69% se declaraba más atrevida sexualmente que antes de cumplir los 40 años y un 66% decía tener más confianza en su cuerpo que en su juventud. Pero la cosa no queda ahí: un 77% reconoció disfrutar más del sexo que antes y un 45% confesó ir teniendo mayor apetito sexual con los años.

Y es que, a pesar de la manía que tienen algunos de mezclar sexualidad sólo con reproducción o disfrute sólo con pecado y suciedad, llegar a la vejez (o lo que es lo mismo, pasar de los treinta) no significa convertir el pene en una adorno navideño. Es más, su uso y disfrute debería estar convenientemente subvencionado aunque sólo fuera por el ahorro de dinero que se podría ahorrar la seguridad social -y por lo tanto todos los contribuyentes- si la tercera edad (o lo que es lo mismo, los que pasamos de los treinta) le dedicara al sexo la mitad del tiempo que dedica a quejarse de los ataques de la edad.

Todos los estudios lo confirman. En un pueblo de Gales unos investigadores de la revista Medical Journal llevaron a cabo un experimento. Hicieron un chequeo completo a 918 hombres de entre 45 y 59 años. Además se les preguntó sobre la frecuencia con la que tenían relaciones sexuales. Los datos oscilaron entre los que hacían el amor cada día y los que no lo hacían nunca. Durante 10 años se hizo un seguimiento de la salud y el índice de mortalidad de dichos sujetos. El resultado fue impepinable: aquellos que tenían una mayor frecuencia orgásmica eran los que más sanos estaban y más tiempo vivían.

¿Y qué anciano (o lo que es lo mismo: mayor de treinta) que sea medianamente normal no intentaría hacer lo posible para vivir más y mejor? Pues eso.

Hasta el lunes.


... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana

Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

No hay comentarios: