856. Miércoles, 8 noviembre, 2006

Capítulo Octingentésimo quincuagésimo sexto: "Nada es más peligroso para el hombre que un rápido cambio de estado". (Marco Fabio Quintiliano, 35 - 95, retórico romano)

Mi total y absoluto desconocimiento del universo femenino me hace plantearme, de vez en cuando, algunas cuestiones que, aunque supongo que para el resto de los mortales son perfectamente comprensibles, a mi particularmente me resultan desconcertantes.

¿Por qué se empeñan en hacer preguntas de las que nunca quieren oír la respuesta? Es matemático; ella le pregunta a él si la amiga con la que se acaban de encontrar le parece guapa. Sí el dice que "no" le soltará que está loco, que su amiga es una tía muy guapa, con mucho éxito, y que está perdiendo el gusto. Pero si le contesta que sí, que su amiga está un rato buena, ya tiene la cara larga de ella durante las próximas tres horas.

¿Por qué esa manía de no pedir postre en los restaurantes. Tendría su lógica si estuvieran a dieta.. y la cumplieran. No piden postre pero apenas llega el de los demás cogen la cuchara más grande que encuentran y empiezan a meterla, sin solución de continuidad, en los ajenos.

¿Por qué van al servicio juntas? Siempre pienso (degeneración profesional tal vez) que el "rollo bollo" pudiera tener algo que ver, al fin y al cabo uno lo que suele ver en los de caballeros ?otras aficiones aparte- pero lo descarté hace tiempo por una mera cuestión estadísticas. Hay muchas, pero ¿todas?... imposible.

¿Por qué se empeñan en llevar un bolso tan pequeño teniendo tantas cosas que meter? Ya sé que los términos "pequeño" y grande" son muy relativos, pero no es normal que suelan llevar uno en el que siempre les falte sitio para guardar, por ejemplo, el tabaco y seamos los demás quienes acabemos cargando con el paquete.

¿Por qué siempre tiene frío? Da igual si el termómetro marca 40 grados o estamos en pleno mes de julio, ellas siempre tendrán frío. Deberían ir todas al infierno, por una mera cuestión práctica más que nada. Allí estarán tan a gusto.

Tampoco entiendo su manía de gritar más alto cuanto más pequeño sea el animal que se les cruce en su camino, o que el dinero gastado en unos zapatos de marca tenga que ser por "necesidad" mientras gastarse mucho menos en una entrada de fútbol sea un derroche, ni el concepto tan relativo que tienen de lo que son cinco minutos, ni...

Casi mejor debería de decir aquellas cosas que me parecen lógicas de ellas. Acabaría antes.

Hasta el viernes, que mañana por aquí celebramos la Almudena.



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